La literatura es una parte esencial de su vida

Cuba: Marilyn Bobes, una escritora en clave femenina

25 de septiembre de 2018.

Por Redacción SEMlac

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En sus relatos aparecen temas controvertidos como la maternidad, el divorcio, el suicidio…


La Habana, 25 sep. 18. AmecoPress/SEMlac.- La escritora cubana Marilyn Bobes obtuvo recientemente el primer Premio Guantanamera de literatura cubana por su libro de relatos Alguien tiene que llorar otra vez, en el que explora "sin concesiones, con honestidad y crudeza" el universo femenino y sus problemas en el mundo contemporáneo.

Organizado por el grupo editorial Lantia y la Editorial Guantanamera, con sede en la ciudad española de Sevilla, el premio consiste en la publicación de la obra y la promoción a cargo de la agencia literaria Carmen Balcells, radicada en Barcelona, la misma que impulsó a los autores del llamado boom de la narrativa latinoamericana de la pasada década de los sesenta.

Para Bobes, la literatura es una parte esencial de su vida. Tanto que, como ha confesado en varias ocasiones, se le hace muy difícil la existencia sin el acto de la escritura, sin la posibilidad de crear historias que son parte de ella misma y de quienes la rodean.

"Escribo mis experiencias, las de mis amigas, las de las mujeres que miro a mi alrededor", dice con naturalidad.

Bobes empezó apostando a la poesía, al periodismo y la crítica literaria, que ejerció con agudeza y desenfado desde las páginas de la revista Revolución y Cultura y la Agencia Latinoamericana de Noticias Prensa Latina. Pero descubrió que es la narrativa el género que le permite con mayor libertad expresiva develar esos universos subjetivos, íntimos, conflictuales por donde transcurren las vidas de muchas mujeres cubanas.

En el libro Palabra sin velo1, de la periodista Helen Hernández Hormilla, Bobes afirma: "Las mujeres que deciden ser independientes tienen que pagar precios altos en carencias afectivas y las que no tienen carencias afectivas tienen que pagar precios altos en su independencia. Así está organizada la sociedad, por desgracia".

Si algo marca como una constante la obra narrativa de Marilyn Bobes es la manera en que sus historias buscan que las personas, desde distintitos modos de comportamiento, interpreten determinadas realidades, alejándolas de las verdades preconcebidas o estereotipadas.

En sus relatos aparecen temas tabúes como la maternidad, el divorcio, el suicidio, los costos que implica para muchas mujeres su propia realización personal o profesional, la sexualidad y las identidades de género, entre otros.

"Cada cual debe elegir sin que haya un rasero general para juzgar la felicidad de las personas, sean mujeres u hombres", afirma la escritora.

SEMlac conversa ahora con la narradora y ser humano que es Marilyn Bobes, quien marcó un "antes y un después" para la literatura escrita por mujeres en Cuba cuando, en 1995, obtuvo el Premio Casa de las Américas de cuento con Alguien tiene que llorar.

Este premio, además, consiguió sacar a la luz la obra de una promoción de jóvenes narradoras entre las que destacan: Ena Lucía Portela, Ana Lidia Vega Serova, Milene Fernández Pintado, Laidi Fernández de Juan, Karla Suárez, entre otras creadoras, poetas, ensayistas que demostraron la pujanza de la obra de la mujer dentro del panorama cultural cubano de la pasada década de los noventa.

Mucho antes de obtener el Premio Casa, desde época tan temprana como 1978 con Alguien está escribiendo su ternura, en la que rescatas a poetas tan polémicas como Sor Juana Inés de la Cruz, Alfonsina Storni y Gertrudis Gómez de Avellaneda, entre otras, tu obra, tal vez de modo aún inconsciente, comienza a posicionar los temas femeninos, y el universo conflictual de las mujeres como sujeto de tu escritura, ¿obsesión o necesidad?

No creo que se trate de una obsesión. Desde muy joven me interesó develar el papel de las mujeres en la sociedad y en la literatura. Tal vez porque su voz ha sido silenciada por los esquemas patriarcales que imperaron y siguen imperando en todo el mundo.

En Cuba la mujer ha conseguido un mayor empoderamiento que en otras partes, pero sigue teniendo conflictos que solo atañen a su género y, muchas veces, son minimizados o poco reconocidos por las leyes. Un ejemplo es la inexistencia de una ley contra la violencia de género, a pesar de las muchas campañas que sobre ese flagelo existen hoy lideradas por instituciones como el Centro Nacional de Educación Sexual o la sociedad civil.

¿Cuáles atributos conceptuales y estéticos distinguen hoy a la literatura que se hace en Cuba? ¿Hay rupturas con décadas pasadas? Si es así, ¿a qué se deben?

Los atributos literarios y estéticos son muy diversos. En Cuba confluyen, en estos momentos, autores de por los menos tres promociones. Por supuesto que hay rupturas con décadas anteriores porque cada generación, cómo es lógico, propone diferentes estilos y temáticas.

¿Qué retos te imponen hoy como escritora las nuevas tecnologías y saber que la recepción de la literatura en estos tiempos, incluso en Cuba, está girando, sobre todo en los jóvenes, hacia lo digital?

El paso hacia lo digital se produce lentamente en Cuba. Pienso que se trata solamente de un cambio de formato. Lo importante es no perder el hábito de la lectura.

¿Y tu relación con los públicos, con quienes leen tu literatura, variará con este premio?

No creo que mi forma de escribir varíe con este, ni con ningún premio. Escribir para mí es un acto de absoluta honestidad y si lo hiciera para complacer a unos u otros lectores me estaría traicionando a mí misma y engañándolos. No me lo perdonaría jamás. En mi caso, los lectores son lo más importante; es con ellos con quien me interesa comunicarme. Mucho más allá de la crítica o el reconocimiento académico. Los premios no dicen la última palabra, sino la recepción de los públicos, que son muchos y muy diversos.

Marilyn Bobes se licenció en Historia por la Universidad de La Habana. Es poeta, periodista y editora. Ha recibido, entre otros, el Premio David de Poesía de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), 1979; el Premio Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés, del Instituto de Bellas Artes de México, Puebla, 1993; el Premio Hispanoamericano de Cuento Magda Portal del Centro Flora Tristán, Perú, 1994; nuevamente el Premio Casa de las Américas, en 2005, con su novela Fiebre de invierno y el Premio Julio Cortázar de cuento 2016.

Fotos: Archivo AmecoPress y SemMéxico.

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Internacional – Cultura – Libros - Escritoras. 25 sep. 18. AmecoPress.

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