Guías de compromiso para evitar la mutilación genital femenina
Madrid, 24 jul. 18. AmecoPress.- Las Mutilaciones Genitales Femeninas (MGF) son prácticas presentes en diferentes lugares de los cinco continentes, reconocidas internacionalmente como una violación de los Derechos Humanos, una forma de violencia contra las mujeres y una manifestación extrema de desigualdad de género.
Hoy en día se sigue realizando esta práctica bajo el argumento de preservar la identidad étnica y de género, proteger la feminidad, la pureza y la virginidad, garantizar el "honor de la familia", asegurar el matrimonio y mantener una higiene saludable. Sin embargo, la MGF perpetúa la desigualdad de género y la discriminación, afectando seriamente a la salud y el bienestar de mujeres y niñas. UNICEF estima que más de 125 millones de mujeres y niñas han padecido la práctica y más de 30 millones de niñas se encuentran en riesgo de ser mutiladas durante la próxima década.
En este sentido, es necesario tratar los problemas y consecuencias que afectan a la salud física, psicosexual y reproductiva de las mujeres, que han sufrido o corren el riesgo de sufrir la ablación. Profesionales de atención primaria en salud, servicios sociales y educación se configuran como piezas clave en el desarrollo de un trabajo preventivo, por su proximidad a las familias y por la posibilidad de un abordaje sostenido en el tiempo.
La clave del trabajo preventivo: guías de compromiso
Según la documentación que aporta la Fundación Wassu- UAB, el extenso trabajo de campo realizado en Gambia, Senegal y Guinea Bissau revela que en sociedades gerontocráticas las personas ancianas ostentan el poder de decisión y son altamente respetadas en sus comunidades. Comprender este fenómeno fue decisivo para el impulso del trabajo preventivo llevado a cabo en España.
En 1998 un equipo presenció de manera directa la situación en la que padre y madre querían proteger a la niña, pero no podían confrontar a sus mayores en su comunidad de origen, ya que son ellos y ellas quienes tienen la última palabra en cualquier decisión que concierne a los miembros de la comunidad. En respuesta, ese equipo elaboró una carta explicando las consecuencias legales para los progenitores en caso de que la niña padeciera una MGF, firmada y sellada por la plantilla de profesional sanitario que realizó el acompañamiento. De este modo, ni el padre ni la madre tuvieron que enfrentarse a sus mayores, ya que no eran quienes cuestionaban su autoridad, sino que la orden provenía de una autoridad externa. Esta propuesta fue validada mediante la contrastación empírica en 11 casos provenientes de 6 pueblos diferentes, siempre con buenos resultados. De este modo se implementó su uso en Barcelona y posteriormente se ha ido extendiendo al resto de comunidades.
Así nace la guía de compromiso preventivo, una herramienta disponible tanto para profesionales como para familias que viajan a sus países de origen. Está orientada para su uso en consultas de atención primaria de centros de salud, especialmente en pediatría, cuando las familias planean viajar a uno de los países en donde se practica la MGF. Las familias se comprometen a vigilar y cuidar de la salud de sus hijas durante su estancia en el extranjero, siguiendo los consejos de los centros de vacunación internacional y evitando la MGF. La clave del documento está en que consigue descargar a las familias de las presiones del entorno familiar que defienden la mutilación.
Falta de formación de profesionales sanitarios
“Falta mucha formación en los profesionales sanitarios. Muchos profesionales no tienen este tema incorporado en su trabajo diario, aunque existan protocolos específicos de pediatría o el protocolo general a nivel de salud de este tema”, nos cuenta la Dra. Aina Mangas, que pertenece al Grupo de Investigación del Departamento de Antropología Social y Cultural de la Universidad Autónoma de Barcelona, vinculado a la Fundación Wassu.
Además de informar sobre esta guía, el personal sanitario está obligado a comunicar las posibles alternativas a la Mutilación Genital. Puesto que en algunas etnias el practicar la mutilación forma parte de lo que se llama `rito de paso´ de la infancia a la edad adulta, en la que el corte simboliza una ruptura con la etapa anterior. En Gambia y otros países africanos se hace otra propuesta metodológica que consiste en seguir con el rito, pero evitando la parte física.
La guía de compromiso también es una herramienta que sirve de negociación a las familias. “Si voy a prisión no podré enviar remesas”, dijo un padre de familia, según nos relata Aida Mangas. Esto no interesa para nada a la comunidad, porque han hecho un esfuerzo enorme para que sus familias lleguen hasta Europa y por su presión a que se realice la mutilación se puede frenar toda la subsistencia de la familia que está pendiente de las remesas que les llegan de Europa.
La experiencia ha demostrado que la formación de profesionales consigue prevenir la práctica de la MGF. Se han visto casos de familias en los que tanto la madre como la niña venían con la MGF realizada, y sin embargo, se ha conseguido evitar en las niñas con las que ha habido un trabajo preventivo de recorrido y continuado desde pediatría, cuando han viajado y regresado de su país de origen.
La necesidad de reforzar un código de registro para visibilizar el problema
La investigadora de la UAB manifiesta que no hay datos de niñas que ya han venido con la mutilación previa antes de tener contacto con España. "Hay códigos de registro, pero como muchos profesionales no han recibido formación, no se codifica. Así solo se consigue invisibilizar más el tema", lamenta.
En esta línea, si una niña llega con la mutilación practicada sin que nadie lo detecte, y después de unos años alguien que sí ha hecho formación lo detecta, se podría pensar que esa mutilación se ha hecho aquí, cuando en realidad no es que se haya hecho en España, sino que no hubo un registro previo.
Cuando le preguntamos por los recursos para abordar este tema, Aina Mangas nos confiesa que son pocos. “Aquí en Cataluña se han centrado mucho en la reconstrucción genital y hay una brecha en la prevención”, sentencia.
La recomendación particular que hace la investigadora va destinada a obligar a los y las profesionales para que reciban formación para incorporar esta realidad como un tema más de educación para la salud. Destaca que hay que trabajar más en las citas pedríaticas, ya que son el espacio idóneo por la relación de confianza que se crea con las familias y que favorece el trabajo en profundidad.
En verano hay un momento de riesgo para estas niñas, pero también lo será en noviembre, porque coincide con la época seca en los países de origen. “No se puede esperar a que se emprenda el viaje para abordar este tema”, alerta Aina Mangas.
Foto: Tomadas de la Web Fundacion Wassu - UAB.
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Sociedad – Situación social de las mujeres – Mujeres del mundo– Género y desarrollo – Derechos humanos – Salud y género – Ablación – Formación en génerol. 24 jul. 18. AmecoPress.