Un estudio constata pautas de reproducción de desigualdad de género en las y los adolescentes vascos
El objetivo primordial del estudio “Los y las adolescentes vascos. Un acercamiento desde el empoderamiento” publicada por Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer, es el de identificar la situación actual de los procesos de empoderamiento y capacidad de negociación de las y los adolescentes residentes en la Comunidad Autonómica Vasca. La investigación aborda los campos del ámbito familiar, económico, afectivo, relaciones sexuales, ocio y tiempo libre y proyectos de vida.
La investigación se basa en un cuestionario de más de 400 posibilidades de respuesta distribuidas en 52 preguntas efectuado en las propias aulas de los centros educativos a una muestra estadísticamente representativa de 970 chicas y chicos adolescentes entre 14 y 17 años de edad que realizaban tercero y cuarto de E.S.O. y primero de Bachillerato durante el curso académico 2007/08.
Este estudio otorga una fotografía de situación o retrato del colectivo de chicas y chicos adolescentes residentes en el País Vasco sobre cuestiones que les atañen en su vida cotidiana en los ámbitos físico, económico, del tiempo no reglado y del grupo de pares. Asimismo, anticipa algunas de las tendencias o pautas de comportamiento del colectivo de adolescentes vascos cuando sean adultos, y posibilita un acercamiento al colectivo desde una perspectiva de género, interesándose por la identificación de potenciales diferencias entre chicas y chicos en esta etapa vital a través de un uso y una concepción ampliada del concepto de empoderamiento.
La investigación ha constatado pautas de reproducción de género muy asentadas y arraigadas en nuestra estructura social, aunque, por otro lado, se aprecian avances en el ejercicio de la individualidad desde la autonomía.
Las chicas demandan igualdad en el uso de su tiempo
En el ámbito doméstico, se refleja que las chicas adolescentes ejecutan más actividades de las llamadas domésticas que sus coetáneos masculinos, 33,6 por ciento frente a 26,3 por ciento.
En el plano económico, el 66,5 por ciento del total de este colectivo tiene asignada una paga semanal que oscila entre los 5 y los 20 euros semanales. Se produce una ligera mayor asignación de paga semanal hacia ellos y, a pesar de que la estructura de gasto es, en términos generales, prácticamente la misma, pueden apreciarse algunas diferencias según género en esta etapa vital en cuanto a la distribución (más gasto en “ropa” de las adolescentes, frente a la compra de “chucherías” y sobre todo a los videojuegos, en el caso de los chicos)
El 55,5 por ciento de las y los adolescentes se encuentra integrado en un grupo de pares mixto, con quien se está en la calle, en el parque u otros lugares públicos de manera más frecuente. Destaca que las chicas adolescentes tienen un horario de retorno más restringido que sus coetáneos masculinos.
Durante el tiempo no reglado (extraescolar, de ocio o libre), es oportuno destacar que todo apunta a que las adolescentes de nuestro entorno inmediato orientan más tiempo diario que sus coetáneos masculinos a dar continuidad fuera del horario escolar a las actividades propias del mismo, destinando un porcentaje superior de tiempo casi todos los días de la semana a “estudiar o hacer los deberes de clase” y al desarrollo de actividades “extraescolares.”
Es en este ámbito del tiempo no reglado o de ocio del empoderamiento donde se han identificado las principales demandas de igualdad por parte de las chicas adolescentes, las cuales reclaman tanto una mayor disponibilidad de tiempo material durante la semana para orientarlo hacia otras actividades no directamente vinculadas a la preparación para el día de mañana en términos de adquisición de conocimientos reglados, como también poder disfrutar de los mismos períodos de tiempo de estancia en los escenarios de socialidad durante los fines de semana en la misma medida que sus compañeros masculinos.
En cuanto a acciones de acoso de imagen corporal, el 14,6 por ciento del total del colectivo adolescente sostiene en el cuestionario que “alguna vez” se ha sentido molestado por referencias a su cuerpo. Pero existen diferencias de género en esta percepción, pues algo más de dos de cada diez (el 21,4 por ciento) de las chicas adolescentes afirman haberse sentido molestadas frente al 7,6 por ciento de los chicos de su misma edad.
El 64 por ciento del total de las y los adolescentes participantes afirman tener o haber tenido pareja. Y en términos de modelos ideales de relaciones afectivas, en este colectivo parece existir un amplio apoyo de aquellos modelos sustentados sobre el respeto o la tolerancia de la individualidad de cada una de las personas componentes, desterrando, por ello, y de forma amplia además, cualquier práctica o decisión que suponga establecer y consolidar una relación de pareja a costa del sacrificio de una de sus partes.
Destaca el predominio de la orientación universitaria de siete de cada diez adolescentes vascos. Esta tendencia universitaria se encuentra más marcada en el caso de ellas (78,1 por ciento) que de ellos (61,6 por ciento). La diferenciación “áreas de conocimiento femeninas” y “áreas de conocimiento masculinas” parece reproducirse con bastante claridad, siendo en “Enseñanzas Técnicas” donde las diferencias de género en la elección del itinerario formativo universitario se muestran con mayor virulencia (una diferencia de 31, 6 puntos porcentuales a favor de los chicos).
Así, los resultados de esta investigación permiten sostener estas diferencias de género en el colectivo de adolescentes vascos entre los 14 y 17 años de edad. Todos estos datos constituyen elementos de nuestra realidad cotidiana que denotan carencias en términos de igualdad y empoderamiento entre géneros ya asentados en la adolescencia.
El modelo actual como referencia
En síntesis, si tuviésemos que aportar algún conocimiento respecto al grado de existencia en nuestra sociedad de chicas y chicos adolescentes capaces de convertirse en personas que ejercen y ejercerán su individualidad desde la autonomía y la ciudadanía plena tal y como se establece en una de las directrices del empoderamiento establecidas en el IV Plan para la Igualdad de Mujeres y Hombres en la Comunidad Autónoma del país Vasco, tendríamos que decir que existen las condiciones objetivas para ello, y que los potenciales conflictos existentes se encauzarán o resolverán en el actual marco social y axiológico de referencia pues el mismo parece ser reconocido como tal también por parte de las y los adolescentes en términos generales.
Pero del mismo modo esta investigación aplicada ha constatado pautas de reproducción de género muy asentadas o arraigadas en nuestro modo de estructuración social, con mensajes y prácticas provenientes de una pluralidad de agentes que denotan distintas asignaciones de roles en el presente y, con ello, de expectativas para el futuro según el género del adolescente.
Autonomías – Las jóvenes; 17 diciembre (08) AmecoPress