Un estudio constata la naturalización de la Violencia simbólica
La Habana, 15 oct. 10. AmecoPress/SEMlac.- Varios estudios cubanos de la última década han comprobado que, si bien hay mayor conciencia de que existe y se ejerce la violencia intrafamiliar y contra las mujeres, en todas sus variantes, todavía el fenómeno no se reconoce en su totalidad por hombres y mujeres, sobre todo en lo que respecta a la violencia psicológica, afectiva y simbólica.
"Estos estudios ponen de manifiesto cuán extendida y poco reconocida está en la sociedad cubana la violencia sutil", subraya el estudio “50 años después: mujeres en Cuba y cambio social”, realizado por un equipo interdisciplinario de investigadoras cubanas, con el apoyo de una experta brasileña y el programa de Oxfam en Cuba.
El informe, publicado a mediados de año, indica que la violencia "se naturaliza" en virtud de los aprendizajes sexistas y porque "está aceptada culturalmente como parte del poder masculino".
"Esa razón explica la ’invisibilidad’ de las formas más sutiles de violencia, de esas que no dejan huellas en el cuerpo, sino en ’el alma’", asegura el citado informe de las autoras cubanas Clotilde Proveyer, Reina Fleitas, Graciela González y Blanca Múnster, y la brasileña María Auxiliadora César.
Sus autoras reconocen que investigaciones recientes en Cuba muestran, por un lado, mayor profundidad en el estudio del problema y su visibilización, así como la toma de conciencia por parte de instituciones y actores sociales encargados de atenderlo y prevenirlo.
A la vez, las indagaciones que se acercan a la violencia sutil ratifican el poco conocimiento que tienen las mujeres sobre estos temas, así como la permanencia en ellas de estereotipos patriarcales que perpetúan la subordinación e inferioridad femenina.
"Algo que llama la atención es la contradicción que existe entre lo que las mujeres plantean a nivel de discurso, mientras siguen reproduciendo estereotipos patriarcales", suscribe el análisis científico y refiere, además, que las jóvenes tienden a perpetuar los patrones de subordinación femenina.
Aunque admiten que se trata de una aproximación puntual al problema, que aún necesita de un estudio más abarcador de prevalencia nacional, las autoras sostienen que la "naturalidad" con que son asumidas las manifestaciones de violencia psicológica demuestran cuán nocivas pueden ser sus consecuencias, al no ser identificada por las mujeres como algo de lo que deben protegerse.
En cuanto a quienes ejercen el maltrato, la mayoría hombres, el informe destaca que, al igual que las tendencias internacionales, los cubanos no presentan ninguna peculiaridad demográfica que los diferencie del resto, todos fueron socializados según pautas sexistas y la mayoría vivió en medios familiares violentos, fueron agredidos o testigos del maltrato ejercido contra sus madres.
Por otra parte, los estudios ratifican que las conductas violentas contra sus parejas no están asociadas a ninguna patología o perfil especial que los haga proclives al ejercicio del maltrato y solo mantienen una conducta agresiva sistemática contra su compañera y no con las demás relaciones de su entorno social.
"Los hombres no identifican su conducta como violenta, aunque tienen conciencia de que su forma de actuar no es la mejor para resolver los conflictos de pareja", subrayan los resultados compilados. Tampoco los familiares y personas allegadas a las mujeres víctimas de violencia suelen percibir esos maltratos como parte de una práctica de violencia, agregan los estudios sobre el tema.
"Las causas que provocan el maltrato del hombre hacia la mujer en la pareja en Cuba están relacionadas directamente con las relaciones asimétricas de dominio masculino presentes en nuestra sociedad", sostienen.
Foto: Archivo AmecoPress
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Internacional – Violencia de género – Estudios de género – Instituciones de Igualdad. 15 oct. 10. AmecoPress.