Encuentro sobre la pornografía y la identidad masculina

“Si no hay una educación previa, al final es el porno quien educa”

16 de junio de 2020.

Por Raquel Zapata González

Sociedad | Madrid | Publicidad | Violencia sexual | Educación | Sexualidades | Eventos



Durante el confinamiento el consumo de pornografía ha aumentado en un 18% en Pornhug, web de porno online más conocida donde una de las categorías más buscadas es la de violación


Madrid, 16 jun. 2020. AmecoPress.- Los webinars y encuentros digitales ya están a la orden del día. Por ello, Mujeres en Igualdad, ha celebrado hoy, 16 de junio de 2020, un encuentro sobre pornografía e identidad masculina de la mano de Iñaki Lajud, psicólogo y consultor en igualdad de la Asociación Masculinidades Beta. El encuentro se enmarca en un contexto de emergencia sanitaria que ha derivado en el confinamiento y, debido a este, se han arrojado datos como el incremento del consumo de pornografía en un 18% en Pornhug, web de porno online más conocida y visitada donde una de las categorías más buscadas es la de violación.

Iñaki Lajud ha iniciado la sesión poniendo el foco en los medios y plataformas de comunicación. “La pornografía es otra forma más de comunicar que, además, está muy extendida”, comentaba para explicar que la imagen que vemos de hombres y mujeres en videojuegos, series de televisión y videoclips, nos crea una forma de realidad sobre el mundo. La sexualización de la imagen de la mujer es un hecho y esta visión de la mujer como objeto implica “que sea más fácil para los hombres tratar a las mujeres con desprecio”. Lo que vemos en los medios de comunicación influye en nuestra forma de percibir el mundo. En la sexualidad no es diferente, el porno influye en la forma de entender las relaciones sexuales.

A partir de los 10 años los y las menores comienzan a tener internet y dispositivos móviles propios. Esto abre una puerta a la pornografía. “Aunque no quieran acceder a ella de forma voluntaria, se la van a encontrar”, afirma Iñaki Lajud, quien pone especial hincapié en la necesidad de realizar charlas con menores para hablar sobre sexualidad. “Si no hay una educación previa, al final es el porno quien educa”.

La pornografía impone una forma de deseo sexual, decidida por un director (normalmente son hombres). No se da pie a que la propia imaginación elabore un deseo sexual. “La pornografía secuestra nuestra sexualidad y no permite que la descubramos libremente. Nos impone qué nos debe gustar”, explica el psicólogo. El consumo de pornografía condiciona las actitudes sexuales de los adolescentes. Si no hay otros referentes para explorar la sexualidad, esta industria se presenta como una de las alternativas.

El contenido de lo que se muestra en los vídeos y películas pornográficas ha cambiado con respecto a décadas anteriores, pero, además, también ha cambiado la forma de consumirla. La pornografía mainstream online ha cobrado gran fuerza estos últimos años y cada vez cuenta con más consumidores. El hecho de poder acceder de forma fácil y gratuita son dos de las características que la hacen atractiva. Además, Lajud explica que el hecho de poder consumirla desde el Smartphone o Tablet en cualquier momento da la sensación de controlar la situación, controlar el poder sexual y una falsa sensación de intimidad, ya que toda búsqueda deja rastro y no es privada al 100%.

Los consumidores habituales buscan estímulos cada vez más intensos porque se habitúan a ciertos comportamientos sexuales al haberlos consumido frecuentemente. Iñaki hace hincapié en esta "desensibilización". Al no ser igual de placentero ni excitante, “es muy fácil pasar con un solo clic a una conducta muy vejatoria con las mujeres” con tal de conseguir de nuevo esa sensación de placer, poder y novedad.

Hay alrededor de 25 millones de páginas webs de pornografía y los vídeos que se contienen en todas ellas presentan características comunes. La carencia de afecto, seducción, consentimiento explícito, la humillación, la sumisión femenina, la vejación, el dominio y la violencia explícita hacia la mujer buscando el placer del hombre son algunas de estas características.

El psicólogo ha dilucidado que el porno a menudo se vende como realidad sexual y no como fantasía. Esto constituye una referencia para jóvenes que fusiona la sexualidad con la violencia y el placer. Esto es peligroso porque, según Iñaki, “nuestro cerebro asocia el sexo con la violencia, lo que desensibiliza a los hombres con respecto a conductas dañinas y violentas hacia las mujeres en el sexo”.

Hoy en día nos exponemos a gran cantidad de publicidad, ya sea en la televisión, en las calles de nuestra ciudad, en redes sociales o en el metro. La publicidad influye en cómo entendemos la sexualidad y, a menudo, nos encontramos en ella actitudes misóginas. A pesar de que estos últimos años se ha puesto el foco sobre este problema y hemos comenzado a ver como se cambian estereotipos, por ejemplo, en el ámbito de la limpieza. La pornografía, por el contrario, es cada vez más vejatoria y, a su vez, más consumida.

Foto: Archivo AmecoPress / Foto tomada de Pxhere.com
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Sociedad – Sexualidades - Violencia sexual - Educación - Publicidad - Eventos; 16 de jun. 2020. AmecoPress.

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