Rosarios y talonarios en nuestros ovarios

14 de enero de 2014.

Por Rosario Hernández Catalán

Madrid | Estado Español | Opinión | Salud reproductiva | Aborto





Madrid, 14 ene. 14. AmecoPress/Glayiu.- El Patrix tiene un modelo para cada temporada. Sabe vestirse de pasado, de presente y de futuro. Cuando se viste de pasado lo vemos de lejos. En sus ropajes de presente y de futuro se nos camufla, nos engatusa.

Rosarios y talonarios son primos hermanos. Al fin y al cabo, la llamada acumulación originaria capitalista que se inició en torno al nefando Renacimiento tuvo en los inquisidores a su más selecto personal. Iglesia, Estado y Capitalismo han ido siempre de la mano. Que parece que a veces no, pero sí.

Mucho hablaba Platón en su República de que la política es el pastoreo de un rebaño. Mucho habla de pastoreo para referirse a la Polis, mucho. Y nosotras las mujeres tenemos más animalitas que humanitas. Ya lo decía la Beauvoir, el peso de la especie, el peso de la especie... sí, el peso de la especie es nuestro tema clave como hembras a pastorear. Pensábamos que éramos seres culturales, homo sapiens con todas las de la ley, pero no, somos hembras a pastorear para parir. Dar vida es nuestra obligación.

Dar vida es nuestra obligación y nuestra devoción. Hay carteles en las facultades y los metros que dicen: "Mujer, tú que puedes dona vida". Para que las jovencitas precarias "donen" óvulos a cambio de una dieta de unos 900 euros por las molestias del tratamiento. La donación de esperma es sencillita, pura mecánica de fluídos. Abrir bote, abrir grifo, cerrar bote.

Lo nuestro es más complicado. Las gallinas humanas tenemos la mala costumbre de no poner el huevo afuera, y además, tenemos el hábito de poner uno o dos huevos por mes. Por eso, en las clinicas de fertilidad se somete a las jóvenes a tratamientos hormonales que hiperestimulan los ovarios. Así, de una sola puesta, la gallina humana puede poner entre 15 y 20 ovocitos. Las consecuencias para la salud: nada, qué va a pasar por hormonar a una gallina para que en una puesta ponga 17 huevos en vez de uno. Lo del cáncer de ovarios, la menopausia y la infertilidad precoz y el envejecimiento prematuro son riesgos que se asumen por 900 euros. Ganarás el pan con la atrofia de tu vientre.

Que luego la gallina vieja quiere comprar uno de esos óvulos al granjero de bata blanca, pues mínimo 6000 euros por pieza. Conviene a estas alturas sacar ya la calculadora. 17 por 6000, menos 900 euros para la gallina, menos gastos de alquiler y de personal de la granja y menos algún óvulo que se te estropea... Sale a cuenta, sigue saliendo a cuenta. Y la élite lo sabe y lo puede. La chusma, no, ningún despedido ha capitalizado el paro y ha ido a un semillero de empresas a montar una clínica de fertilidad.

Las grandes clínicas de fertilidad de España cuenta con mucho capital fascista. CAPIO sanidad que, dirigida por Víctor Madera Núñez, asturianín culolamido por La Nueva España, ha comprado hospitales públicos en todo el país y sobre todo en Madrid, saca un buen trocito de sus beneficios de estos negocios. Y entre sus accionistas cuentan que hay mucho sarnosos del PP. Pero, claro, el tal Victor es de perfil más bien progre... porque los progre para olfatear nuevos negocios son más linces, por tanto hay que ficharlos para que hagan crecer nuestras cuentas. El capitalismo avanza, sabe que hay que diversificar la plusvalía, de la clásica, de la plusvalía del currito fabril ya no se cuelga tanto. Ahora el locus del capitalismo está muy centrado en la biología. Y las izquierdas no se han dado mucha cuenta de esto.

El feminismo, bueno... tanto aborto, tanto aborto: no nos queda mucho tiempo para pensar sobre esto temas. Que lo hacemos también, que conste, pero como se nos viene todo a la vez... Las activistas de a pie bastante tenemos con el Patrix carca como para a la vez ponernos a lidiar con el Patrix progre. No sé yo cómo combinarlo todo...

Cuando la medicina pasó del qué le duele al qué desea nos metimos en un lío bien gordo. Vamos, lo que viene siendo un atolladero civilizatorio que la mayoría ni se plantea porque vegeta desde el punto de vista del cuestionamiento filosófico. Ya es viejo, la estadística, que guarda en su seno la palabra "Estado" es ciencia de origen perverso. Se obligaba a las parteras a que apuntaran, so pena de hoguera, todo lo que había venido al mundo.

En tiempos del nacimiento de los estados un buen tirano moderno tenía que saber, como mínimo, de cuánta población disponía para sus planes militares, económicos y geoestratégicos. En tiempos del nacimiento de los supra estados un buen tirano ultra postmoderno tiene que saber, como mínimo, lo mismo que el tirano moderno, y además tiene que ir ya sabiendo cómo poder llegar lo antes posible a la crianza industrial de humanos.

Pero lo dicho, la mayoría vegeta en lo que a reflexiones más allá de sus intereses individuales se refiere. Sí, hay mucho paro y subió mucho la luz. Y el aperitivo de Estado de Bienestar que empezamos a saborear ya nos lo quieren quitar de la boca para meternos, así de golpe, Estado fascista. Y, claro, encerradas en este presente continuo se nos cuela desaforado el futuro imperfecto.

El del control de la reproducción de la especie es el tema. El tema. Versión carca (no te dejo abortar), versión progre (me forro con tus óvulos y hago avanzar la distopía), pero el nudo gordiano del Patrix se esconde en nuestros úteros.

Foto: Archivo AmecoPress.

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Estado Español – Opinión – Aborto – Salud reproductiva. 14 ene. 14. AmecoPress..

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