El primer coloquio internacional, ha reunido a ‘memorialistas’ que reivindican la visibilidad y la justicia histórica con las víctimas de diferentes dictaduras
Este coloquio Internacional titulado “Memorial democrático. Políticas de la Memoria”, que tuvo lugar en Barcelona, contó en la inauguración con Isabel Allende Bussi. Junto a activistas, expertos y expertas memorialistas,ha recordado que algunos países, como Argentina, Chile, Rusia, o España aún no han reivindicado oficialmente la historia de las víctimas.“Todos necesitamos una ley de la memoria histórica como la que actualmente se quiere aprobar en el parlamento español”, señaló.
Con estas palabras explicaba Allende su identificación emocional y política con los objetivos de este primer coloquio internacional, y al final de su intervención recordaba, el papel de las mujeres “como impulsoras de la lucha por recordar la memoria de las víctimas. Recordemos la inmensa labor de las madres y abuelas de la Plaza de Mayo. Madres, esposas e hijas no nos conformamos con la exclusión y el olvido. Ahora me siento satisfecha, de que tanto en mi país como en otros, haya tantas mujeres dedicadas a la investigación y a la lucha por recuperar la memoria del pueblo. Las veo, están aquí con nosotros”.
Efectivamente la presencia de mujeres ponentes en estas jornadas ha sido casi paritaria, de entre los 42 ponentes y moderadores,había 18 mujeres. También se pudo comprobar, que entre las 450 personas de asistencia media diaria al coloquio, la participación de mujeres era masiva. Historiadores especializados en el tema como Ricard Vinyes, juristas como Carlos Jiménez Villarejo, expertos en museos de la memoria como Jean- Claude Duclos, o arquitectos que realizan estos museos, como Julian Bonder, que trabaja en los EUA, compartían mesa con investigadoras de la talla de la profesora chilena, Elisabeth, Lira, o Susana Narotzky, de la Universidad de Barcelona,la experta italiana en fascismo, Patricia Dogliani,la realizadora cinematográfica argentina, Ana Cacopardo o Elena Zhemkova, integrante de la comisión del ‘Memorial ruso’.
La reconciliación política, excusa para el olvido
Allende, cuando hablaba del papel de las investigadoras en su país, dirigía una mirada cómplice a Elisabeth Lira, chilena, doctora en psicología y directora del centro de Ética de la Universidad Alberto Hurtado, que según la hija del presidente derrocado por Pinochet, “es una de las personas que ha intentado desmontar el argumento de la ‘reconciliación política’, que utilizan las clases gobernantes, de modo reiterativo, para favorecer la inmunidad de los responsables.Pidiendo el olvido y el perdón, se ha conseguido anestesiar a gran parte de la sociedad y retrasar al máximo la petición de responsabilidades a los represores. Pero esta dinámica felizmente la pudimos quebrar en 1990 con la detención de Pinochet”.
Lira, durante más de veinte años, trabajó como psicóloga clínica con las víctimas de la represión de Pinochet. Atendió a torturados en los peores años de la dictadura, gracias a la protección de la Iglesia católica, que permitió que los bancos de sus templos se convirtieran en divanes para psicoanálisis. Actualmente, se dedica a la investigación histórica. En su opinión, sólo la investigación histórica puede dar respuesta a las angustias de los torturados”.
Judith Said, funcionaria de la administración de Buenos Aires y coordinadora general del Archivo Nacional de la Memoria de Argentina, se refirió a la represión sufrida en su país, sobre todo durante los años 76 al 83. Explicó, como gracias a la presión de la sociedadcivil y al cambio político, muchos organismos oficiales argentinos se pusieron a trabajar: “Desde mi oficina, que depende del Estado, hemos localizado 500 centros clandestinos de detención durante la dictadura. Hemos empezado a señalizar los lugares con placas, tras haber llegado a un acuerdo con el Ministerio de Defensa. Hemos logrado que algunos de estos lugares, como la nefasta Escuela de Mecánica de la Armada, sean desalojados y recuperados para la historia. Es un espacio tan importante como el Campo de Mayo de Córdoba”, recalcaba Said.
Judit Said es de origen judío. Su familia formaba parte de la comunidad hebrea de Damasco y tuvo que salir del país árabe hace cerca de un centenar de años. Sus vinculaciones con el colectivo judío la llevaron a investigar la represión que la dictadura argentina ejerció sobre 2.000 ciudadanos de esta religión.
La recuperación en Argentina está vinculada al debate y a la investigación. Todo ello ha permitido acumular un gran número de documentos que se han convertido en pruebas en los juicios contra los genocidas. Un tema en el que también se explayó Ana Cacopardo, investigadora y cineasta, que uno de los días del coloquio, pasó su documental sobre uno de los juicios celebrados a un comisario de la dictadura.
Diferentes modelos de memoria
Es importante subrayar que es la primera vez que se organiza en España un encuentro de este tipo y aunque destaque su carácter internacional, a los asistentes emocionaron por igual las experiencias que se escucharon de Chile, Argentina, Francia, Alemania, Rusia, Israel, Italia, la República de Sudáfrica y Estados Unidos, como la de los especialistas de Andalucía, Aragón, Galicia y el País Vasco, que explicaron su trabajo.
Tuvo especial incidencia la presentación del ‘Memorial Democratic’, elaborado en Cataluña, al coincidir la aprobación de la Ley del Memorial Democrático en el Parlamento catalán el mismo día de la inauguración oficial del Coloquio en la Universidad de Barcelona (UB), el miércoles 17 de octubre. “Una ley que, aunque es un poco más avanzada que la estatal, también es limitada y olvida a una gran parte de las victimas de la represión”, opinó Susana Narotzky, investigadora, procedente de Estados Unidos y afincada en Cataluña, quién también reconocía que, gracias a la ley, “en Cataluña se están identificando, señalizando y dignificando las fosas donde yacen víctimas de la represión y la Guerra Civil”.
Durante su intervención, el ex fiscal General del Estado, Carlos Jiménez Villarejo,se refirió a “la ilegitimidad franquista frente a legalidad republicana: las bases del fascismo español”, y el tema creo polémica. También se debatieron los contenidos avanzados en la presentación del ‘Memorial Democrático de Cataluña’, que lideran Ricard Vinyes, Montserrat Iniesta y Maria Jesús Bono.
Para Susana Narotzky, estamos hablando de una memoria democrática que proviene de un pacto de silencio anterior. “Las generaciones actuales seguirán sin conocer la historia real, y por lo tanto, sin reconocer su propia historia familiar. En este país, además de una guerra hubo un intento de revolucióny unos protagonistas, líderes del pueblo, la mayoría de ellos anarquistas que seguirán en el olvido”. Narotzky defendió que “no se pueden confundir, ni son equiparables, lasresponsabilidades de los golpistas con las de las autoridades republicanas, y ponerlas en el mismo saco”.
Según ella, todo el mundo está de acuerdo en que la dictadura franquista surgió de un golpe de estado a un régimen legítimo y constitucional, la Segunda República, pero aclaró que “en la España franquista la represión fue institucional y total. Fueron las autoridades militares y civiles las que las llevaron a término, durante la guerra y en la larga e interminable postguerra. En la España republicana, la represión – en términos cuantitativos muy reducida- se hizo durante la guerra y contra las disposiciones de las autoridades que, como en el caso de la Generalitat de Cataluña, intentaron salvaguardar la vida de víctimas inocentes”.
A través de la investigación en el mundo rural de la Comarca de Lérida, Conxita Mir, profesora de Historia Contemporánea de la Universidad, también esta llegando a parecidas conclusiones. Dirige desde hace un año el Plan Piloto de Memoria en Lérida, encargado por la Generalitat de Cataluña. “Me encargaron este trabajo porque previamente había dirigido una investigación sobre el Tribunal de Responsabilidades Políticas a través de 4.000 expedientes localizados en la Audiencia Provincial leridana. Luego vinieron otras investigaciones, entre ellas, la publicación de un libro sobre la marginación y la represión en la posguerra de la Cataluña rural”, explicaba Mir.
Una de las cosas que han quedado claras en este Coloquio es que no hay un modelo único en el desarrollo de las políticas para la memoria histórica, pero que la experiencia de unos países puede servir para otros. Chile, Argentina, Francia, Alemania, Rusia, Israel, Italia, la República de Sudáfrica y Estados Unidos, o ya tienen museos de la Memoria o están recuperando los espacios de la represión para que no haya lugar al olvido.
Se ha hablado de las experiencias del Museo de la Deportación y la Resistencia de Isère, en Francia; del Archivo Nacional de la Memoria y el Centro de Estudios Legales y Sociales de Argentina; del Instituto para la Reconciliación y la Justicia y del Museo del Distrito Seis de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica; del Parque por la Paz Villa Grimaldi, de Chile; de la Fundación de Topografía del Terror de Berlín, en Alemania, y de la Sociedad Internacional Rusa Memorial, un movimiento dedicado a recuperar y preservar la memoria de la persecución política en la Unión Soviética.
“Somos la voz de los sin voz de la historia democrática. Las victimas ya no están con nosotros,pero el espacio público debe hablar por ellas”, aseguró Julian Bonder, arquitecto que ha dedicado una gran parte de su vida a investigar y diseñar monumentos relacionados con la memoria histórica. Su estudio de Cambridge, en el estado de Massachusetts, es una fábrica de proyectos, entre los que destaca el Centro de Estudios del Holocausto y del Genocidio de la Universidad de Clark.
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Fotos: AmecoPress y cedidas por la organización del evento
Foto de Isabel Allende, cedida por Rubén Moreno
Foto de Elisabeth Lira y Judith Said, cedidas por Eva Guillamet
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Autonomías – Voces de mujeres – 24 octubre, 07 (AmecoPress)