Michelle Bachelet “ha cambiado la política”

18 de diciembre de 2009.

Por Sandra Chaher

Política | Internacional | Opinión | Política y género | Liderazgo | Buenos Aires



Una mujer puede ser una excelente presidenta de la República y ejercer un liderazgo político que transforme a la sociedad y la cultura


Buenos Aires, 18 dic. 09. AmecoPress/Artemisa.- Chile está cerrando una etapa inédita. El país se encuentra en proceso de elección del continuador de Michelle Bachelet, una presidenta que deja el gobierno con más del 80% de aprobación popular, que no ha intentado perpetuarse en el poder, que hizo ahorros públicos jamás vistos, y que concretó políticas de apoyo a los derechos humanos de las mujeres y de protección de los sectores más empobrecidos de la población que son modelo en el mundo.

Michelle Bachelet asumió el gobierno de Chile el 15 de enero del 2006 después de haberle ganado en segunda vuelta a Sebastián Piñera con el 53% de los votos y en representación de la Concertación que iniciaba con ella su cuarto período.

Después de cuatro años, el mundo la ve retirarse con la promesa del retorno en el aire. Si bien se negó a confirmar si se presentaría de nuevo en el 2013, la izquierda chilena espera ansiosamente que la respuesta sea positiva: Bachelet se retira con el 80% de aprobación popular mientras el candidato del partido que representa, el ex presidente Eduardo Frei, no logra convocar siquiera al 30% del electorado para el domingo 13 (Estudio Nacional de Opinión Pública del Centro de Estudios Públicos).

Pero no todas fueron rosas en cuatro años. Bachelet atravesó una crisis importante a mitad de gestión, de la mano de críticas de los movimientos sociales –estudiantes e indígenas fundamentalmente- y un nuevo sistema de transporte que fue rechazado en sus inicios. La presidenta reaccionó renovando el gabinete –aunque le costara la paridad política- e implementando políticas sociales.

A la vez, en el 2008 aconteció la crisis financiera internacional que encontró a Chile con importantes reservas producto de que la presidenta había optado por ahorrar, en lugar de gastar, los dividendos provenientes del cobre. El gesto que le había valido las críticas de diversos sectores antes de la crisis, resultó la llave para que Chile pudiera afrontar el momento con importantes políticas sociales.

Dos años después, Bachelet deja el gobierno aplaudida y querida por la mayoría de sus habitantes. De acuerdo a la Encuesta del Centro de Estudios Públicos, realizada en octubre del 2009, el 78% aprueba su gestión –las mujeres ligeramente más que los varones-, el 63% cree que su gobierno actuó con firmeza, y el 68% cree que lo hizo con destreza y habilidad. A la vez, el 82% piensa que la presidenta ’les da confianza’ y el 72% que les resulta ’cercana’.

En este último valor, la cercanía –y el carisma- se apoyaron algunos analistas para cifrar su éxito. En un artículo publicado en el Observatorio de Equidad y Género, María de los Angeles Fernández, analiza cómo fueron interpretados por los analistas los resultados de una encuesta que se realizó a comienzos de año, en la que ya se observaba la aprobación creciente de la gestión de Bachelet. ’Roberto Méndez ha ensayado una explicación que podemos resumir como ‘la fuerza del cariño’ –señala Fernández en su artículo-. La Presidenta habría logrado concitar un fenómeno inédito en la cultura política chilena, más vinculado a lo que uno siente por su familia o por ciertas estrellas de rock. Otros analistas de la plaza han hecho suya esta explicación, a través del giro del menosprecio. De esta forma, señalan que ‘la Presidenta es más querida que exitosa’.’

Con estos argumentos se intentó cifrar en aspectos ’femeninos’ las razones del éxito, probablemente ante la dificultad de los analistas de reconocer y aceptar que Bachelet estaba haciendo las cosas muy bien… ’a pesar de ser mujer’.

El diario La Nación, de Argentina, publicó en noviembre de este año, un artículo de Carlos Vergara –corresponsal del diario en Chile- que le hace más justicia a todas las razones por las cuales Bachelet se retira con tan alta popularidad. Cercanía, liderazgo, autoridad, credibilidad y previsión, señala Vergara. El punto de la cercanía es el que comparte con otros analistas, pero agrega que tuvo cintura para manejar la política interna y la internacional, sacrificó ministros, ministras y recursos cuando fue necesario –crisis del transporte y reclamos estudiantiles-, sostuvo su convicción en la necesidad de ahorrar (cuando todos le reclamaban que gastara), cumplió las promesas que hizo (red de protección social y estadios, entre otras) y fue previsora, lo cual le permitió dejarle a su sucesor 15 mil millones de dólares de ahorros, el más alto nivel de recursos jamás heredado por otro gobierno en Chile.

’La gestión de Bachelet revela que una mujer puede ser una excelente presidenta de la República y ejercer un liderazgo político que transforme a la sociedad y la cultura’ señala a Artemisa Noticias Teresa Valdés –ex investigadora de FLACSO y coordinadora actualmente del Observatorio Género y Equidad de Chile-, y puntualiza los aspectos que considera fundamentales de la gestión que termina: el rol central de las políticas públicas destinadas a eliminar la discriminación de las mujeres, la reforma provisional que concretó la noción de universalidad de derechos, el sistema de protección social Chile crece contigo, el hecho de haber podido gobernar y hacer política a pesar de las dificultades del sistema electoral, el rol jerarquizado en el contexto internacional por el manejo de la crisis económica y la valoración de América Latina como eje de acción prioritario.

Elisabeth Gerber, directora de Proyectos de la Fundación Friedrich Ebert en Chile, destaca también los logros específicos de la gestión y a la vez el impacto simbólico: ’Tener una presidenta mujer ha sido tremendamente saludable para la sociedad, como un acto pedagógico en términos de avanzar hacia sociedades más democráticas e igualitarias. Todavía resulta difícil medir las consecuencias de esto que considero casi una revolución cultural para Chile y que, seguramente, ‘salpica’ a otros países.’

Políticas públicas y género

Michelle Bachelet fue especialmente observada por ser una presidenta mujer y por llegar a ese cargo con una agenda en la que destacaban los temas feministas. Asumió con el objetivo de promover la autonomía y el empoderamiento de las mujeres, darles espacio paritario en la vida pública y llevar adelante políticas en las que se transversalizará el enfoque de género.

El gabinete que la acompañó cuando asumió en el 2006, era paritario 50/50. ’¡Quién lo hubiera pensado! Hoy le habla a este Congreso Pleno una mujer Presidenta. Aquí están mis diez Ministras y mis quince Subsecretarias. Aquí está, como lo prometí durante la campaña, el primer gobierno paritario de toda nuestra historia’ decía Bachelet al Parlamento de su país el día de la asunción, en el 2006. A lo largo de su mandato debió modificar varias veces la composición del gabinete pero siempre mantuvo una paridad flexible de 60/40.

Teresa Valdés señala a la vez algunos de los programas sociales destacados y especialmente enfocados a las mujeres. Vinculados a violencia de género: definición de un sistema de protección para las mujeres víctimas, discusión del delito de femicidio en el Congreso, y atención de la violencia intrafamiliar en el sistema de atención primaria.

En cuanto a derechos sexuales y reproductivos: atención personalizada en el parto; debate de un proyecto de ley sobre información, orientación y acceso a la anticoncepción (que se encuentra actualmente en la última etapa del trámite parlamentario); y un instructivo sobre confidencialidad médica en casos de aborto. Referido al trabajo: código de buenas prácticas laborales que aborda la discriminación laboral por género, reforma previsional que otorga un bono por hijo nacido vivo a todas las mujeres, y pensión para las mujeres a partir de los 65 años, hayan o no trabajado.

Sin duda Michelle Bachelet será extrañada, en Chile y en el mundo. Se acaban cuatro años que cambiaron el futuro de muchas mujeres chilenas y que fueron y serán modelo para muchas otras que se adentrarán con menos temor y mejor paso en la vida pública. Como dijo ella misma en el 2007 prefigurando la revolución que estaba liderando en Chile: ’Cuando una mujer llega sola a la política, cambia la mujer. Cuando muchas mujeres llegan a la política, cambia la política.’

Foto: Archivo AmecoPress/Artemisa

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Internacional – Política – Política y género– Liderazgo. 18 dic. 09. AmecoPress/Artemisa

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