Más allá de la coeducación
Madrid, 3 mar. 11, AmecoPress. La igualdad entre los hombres y las mujeres será posible sólo cuando las personas que se dedican a la enseñanza aprendan a trabajar a partir de la educación en verdaderas condiciones de perspectiva de género. “Más allá de la coeducación -más que educar juntos-, se ha de luchar por una educación en perspectiva de género que coadyuve a construir una sociedad donde las diferencias entre los géneros no constituyan desigualdades entre los mismos” aseguró la socióloga Delfina Mieville Manni, directora de Mekare durante la conferencia Educación en igualdad: una asignatura pendiente, celebrada este 2 de marzo en el Ateneo de Madrid.
La lucha por la igualdad de oportunidades y el respeto a las capacidades de las mujeres, sobre todo en materia de educación, no es una batalla nueva. Durante el reinado de Carlos III, en España, se obligó a la escolarización de las niñas, durante el de Carlos IV se insistió en la educación para todos a fin de enriquecer el conjunto social. Pero se ha crecido bajo la doctrina de Rousseau: “la mujer ha nacido para vivir subordinada”, por lo tanto no era de interés que se la educara.
No fue sino hasta principios del siglo XX cuando se estableció la escolarización obligatoria hasta los doce años dándole más cabida a las niñas. Cayeron las tasas de analfabetismo femenino y en 1910 se abren las aulas de las universidades a las mujeres, pero ello no quiso decir que las mujeres tuviesen igualdad de condiciones, el programa de estudios de enseñanza pública primaria se ampliaba –incluía labores sólo en el caso de las niñas-. No obstante, en una Real Orden de 1911 se asume la coeducación aunque su aplicación estuvo muy limitada.
Una especie de vuelo rasante sobre diferentes hitos que marcaron la historia de la integración y adaptación de las mujeres dentro del sistema de educación de España, por parte de María Teresa Arias Bautista, presidenta de la Agrupación Clara Campoamor, organizadora de la conferencia, marcó el inicio para luego dar paso a la reflexión de Delfina Mieville, quien recalcó la importancia de la coeducación “y de la educación en general, como extensiva al alumnado, profesorado, madres y padres. Se puede decir además que la educación determina a la persona, por lo tanto se entiende por educación algo más que la escuela” afirmó.
Tomando en cuenta que una de las premisas básicas de la coeducación es que se fomente la igualdad y compartir desde la más temprana edad espacios y experiencias con el sexo opuesto “en las escuelas de niños y en las escuelas de niñas se ofrece una educación de burbuja en las que no hay referentes de otredad (diría Fucault). A las niñas, en una educación mixta, se las educa en referencia a ellos, han de ser y hacer lo que no son, esta diferenciación no se manifiesta en sólo en el aula sino en los espacios vitales”, resaltó Mieville.
Según la socióloga, las mujeres han sido víctimas de un secuestro del espacio emocional, esto quiere decir que el hombre acapara la emocionalidad y la mujer ha tenido que ocupar lo que sobraba.
“Por ello en un aula mixta en la que el profesorado no esté concienciado y formado para la educación en igualdad, el resultado será parecido al de la educación separada y el otro será seguirá siendo alguien opuesto al que no hay que parecerse, al que a veces hay que temer o afrontar actitudes que marquen la expectativa de género de las mujeres” dijo.
Medios de comunicación
Recalcó, además, la influencia de series de TV y publicaciones orientadas a adolescentes, las cuales “confunden la libertad sexual de las mujeres con respuestas sexuales del género femenino, ellos pueden mostrarse más sensibles pero ellas han de seguir siendo un reclamo sexual desde su indumentaria hasta su discurso.
Defendemos una sexualidad libre en las mujeres pero no otra forma de machismo sobre cuerpos femeninos motivados por modas y medios. Por lo tanto creemos en la coeducación ha de ir más allá de la educación mixta, no solo eso sino que deberá tomar en cuenta la reproducción de estereotipos de género a la que se enfrentan las mujeres desde la más temprana edad” apuntó.
Entonces, “la coeducación debe ser algo global que se enfrente a las resistencias personales y sociales, es el tiempo y lugar de deconstrucción de arquetipos u de reconstrucción de nuevos y mejores valores, nuevas formas de vida un lugar donde se puede enseñar a compartir el mundo de los cuidados con lo negativo y la belleza de este así como en lo productivo por ende deberá de haber una comunicación fluida entre padres y madres, entre ellos y el profesorado y así con el alumnado y dejar de hacer acciones individuales como si todos estuvieran enfrentados.
No es necesario ser una persona experta en género pero sí tener la educación con perspectiva de género, cosa extensiva al profesorado, al alumnado y a padres y madres y es que si se crea un frente fuerte donde no se fomente el machismo, donde se empodere a las mujeres y se crezca en igualdad, tendremos oportunidad para que sea la igualdad un hecho, para que no haya feminización de la pobreza, para que cese la violencia de género, para que haya un mundo más igual, utilitario y sostenible donde exista una masa crítica con el sistema; donde el cuidado no sea una debilidad, donde el lenguaje importe y donde no sean tan susceptibles a los medios y a las modas para que esto exista. La coeducación debe de ser real y transversal de tal manera que, por fin, las mujeres podrán tener el mismo acceso a los recursos, a la toma de decisiones y al control de los mismos” concluyó.
Fotos AmecoPress
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Pie de foto: conferencia en el Ateneo de Madrid
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Estado español – Educación – coeducación – infancia – las jóvenes; 03 marzo (11); AmecoPress