Luna Nera y la apología de la sororidad
Madrid, 26 mayo 20. AmecoPress. – Cuando acabamos una serie, al igual que cuando acabamos un libro, siempre nos queda ahí un vacío. Una de las cosas buenas que tienen las plataformas de vídeo en streaming es que te acortan la duración de esos vacíos. Acababa de terminar la quinta temporada de How to get away with murder, que solo en elogios a Viola Davis podría dar para tres artículos, cuando llegué por casualidad con Luna Nera.
Luna Nera es una serie original de Netflix, la cuarta para el mercado italiano tras Suburra, Baby y Skam Italia. Es una adaptación de la novela de Tiziana Triana “Le città perdute” (Sonzogno Editore) y hasta el momento consta únicamente de una temporada dividida en seis capítulos.
En la Italia del siglo XVII, los benandanti, guerreros guiados por la mano de la Iglesia, se dedican a dar caza a mujeres a las que acusan de brujería. Una de ellas es la abuela de Ade, quien se queda sola con su hermano Valente. Acude a le città perdute, donde un grupo de brujas se protegen entre ellas y tratan de rescatar a sus hermanas de las garras de los benandanti al tiempo que descubren sus dones. Con el trasfondo de la historia de amor entre Ade y Pietro, el hijo del jefe de los benandanti, podríamos pensar que Luna Nera no tiene mucho más que ofrecer: unas localizaciones excepcionales (no olvidemos que estamos en Italia) y una trama predecible. Sobre el papel, Luna Nera es una serie de fantasía más, con el consabido enfrentamiento entre el bien (las brujas/la vida) y el mal (los benandanti/la guerra).
Pero si tenemos los ojos abiertos podemos hacer una segunda lectura en clave feminista. Porque estas città perdute intentan ser una suerte de arcadia feliz donde las mujeres están a salvo de la opresión del patriarcado imperante. Son mujeres independientes y libres en un momento histórico en el que las mujeres no podían ser ni una cosa ni la otra. Y deciden organizarse en base a la sororidad. Promueven valores como los cuidados, la vida, el respeto por la naturaleza y el amor por el conocimiento.
En el extremo opuesto, se muestra a los benandanti como bárbaros que no atienden a razones. Vestidos de forma tosca con pieles y enmascarados, acusan a Ade y a su abuela de matar a un bebé cuando asistían a una parturienta. Pese a que Pietro, quien simboliza la razón y la ciencia, demuestra que el bebé se estranguló con el cordón umbilical antes de salir del útero materno; los benandanti lo tergiversan para hacer creer que fue la magia negra de esas mujeres quien lo hizo. O la figura de Cesaria, hermana adoptiva de Pietro y miembro de los benandanti, quien duda de la misión que tienen encomendada y ve sus aspiraciones a dirigir el grupo truncadas por el hecho de ser mujer. Simbólicamente se los identifica con las supersticiones y el tradicionalismo ciego. De hecho su lema es “Que el coraje nos guíe, que la fe arda en nosotros”. En el apogeo de su odio, las autoridades locales prohíben a la población “vender alimentos, proporcionar comida, ayudar o hablar con cualquier mujer sola, que no esté acompañada por un hombre”. Entonces, ¿eso es lo que es una bruja?
Foto: archivo AmecoPress. Pie de foto: Logo: cartel de la serie (Fandango produzioni) y 1. Fotograma de la serie que muestra al aquelarre de las brujas.
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Cultura – Crítica cultural – Televisión y radio – Feminismo. 26 mayo 20. AmecoPress