"Las relaciones sanas son totalmente lo contrario a como nos vienen educando"

20 de octubre de 2016.

Por Berta Blanco

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Miriam Herbón es formadora feminista en gestión emocional para el empoderamiento individual


Madrid, 19 oct.16. AmecoPress. Este fin de semana tiene lugar el Seminario Permanente de Formación Feminista ‘Compartiendo Saberes’ en Madrid, organizado por la Federación Estatal de Asociaciones Profesionales de Agentes de Igualdad (FEPAIO) y Ágora. Durante los días 23 y 24 de octubre, se abordará la teoría feminista desde diversas perspectivas, donde expertas hablarán sobre sus experiencias. Paralelamente, el Seminario cuenta con una serie de talleres. Miriam Herbón –con la que hemos contactado desde AmecoPress- es la encargada de impartir uno de ellos, desde su experiencia como formadora feminista en gestión emocional y relaciones sanas. Su trabajo se centra en la relación de la gestión emocional con el empoderamiento individual desde una psicología feminista.

Miriam Herbón, movida por la necesidad de contribuir en la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, comenzó su actividad en las entidades Igualan, Equipo Ágora y Sortzen Consultoría. Su carrera profesional se ha centrado en la intervención-acompañamiento y formación-prevención para erradicar la Violencia de Género, y en los procesos de desarrollo emocional desde el enfoque del empoderamiento. Entre sus investigaciones, destacan: ‘Agresiones sexuales. Cómo se viven, cómo se entienden y cómo se atienden’ y ‘Violencia bella. El cuerpo adolescente como territorio de control’.

¿Cómo comenzó en el mundo de la gestión emocional y las relaciones sanas?

En primer lugar, yo no soy psicóloga. Estudié Ciencias Políticas y Sociología, pero me interesé por el mundo de las emociones y la psicología en relación a lo que nos pasa a las mujeres. Una de mis primeras maestras, fue Norma Vázquez.

¿Qué es la psicología feminista?

La psicología feminista es un concepto que se trabaja más en América Latina y es más experiencial. Esta psicología feminista es una manera de entender las relaciones emocionales con una lectura de género. Y es que la historia marca nuestra estructura biopsicosocial. Hay muchas autoras que se han preocupado por el mundo emocional desde la perspectiva de género. Marcela Lagarde tiene una obra muy interesante. En ella destaco su Clave Feministas: Para mis socias de la vida.

¿Qué desarrolla?

Marcela explica antropológica y emocionalmente cómo nos afectan las cuestiones a nosotras: el amor, el apego, los arquetipos, el rol materno, el hecho de ser hija, amiga, hermana… Son cuestiones diferentes en mujeres que en hombres. Así, se deben abordar con un mayor rigor las emociones, sentimientos y sensaciones, haciendo una lectura real sobre qué nos mueve de esta forma. Con una perspectiva de género, se resuelve mejor.

Por poner un caso concreto: la depresión hay que saber resolverla o acompañarla desde los controles de Salud Mental. Hay que saber las causas que originan que las mujeres, en concreto, sufran ansiedad, angustia y desesperanza. No se puede ayudar si no sabemos a qué nos estamos enfrentando. Se trata de adoptar una actitud para abordar todo lo que te encuentras con lectura de género. Hay grandes autoras en esto de las que no podemos carecer.

¿Qué papel juega en este ámbito el empoderamiento?

Como ya sabemos, el empoderamiento, como tal, es la reapropiación de un poder negado. Llega un momento en el que las mujeres nos preguntamos por qué no tenemos nuestro propio poder, porque nos lo han despojado. Una vez obtenemos esa explicación, con la calma mental que puede conllevar, tenemos que saber para qué queremos ese poder y qué hacemos con él. Cuando tomamos conciencia del porqué, es cuando empezamos ese proceso individual sin que nos vayamos a extremos y destruyamos los pilares de nuestra vida.

¿Y cuál es su relación con la gestión emocional?

La gestión emocional, en todo este proceso, no es ajena al empoderamiento. Es una herramienta más de ese cambio propio del feminismo, en el que pasamos de crisálida a mariposa. Las mujeres tenemos que incorporar la lectura de las propias sensaciones, identificarlas y saber cómo nos manejamos con ellas. Las mujeres trabajamos desde una construcción. A nosotras nos han potenciado ciertas emociones, como el miedo y la tristeza, mientras que nos han gastado la rabia y la alegría. Todo lo contrario sucede con los hombres; son comportamientos por los que se les premia. Con todo este contexto, tenemos que entender que somos sujetas de nuestra propia vida, con serenidad y armonía. Tenemos las riendas y, por lo tanto, tenemos que saber cómo llevarlas sin sufrir.

También impartes talleres sobre relaciones sanas. ¿Cómo se pueden construir?

Una relación sana empieza como una receta: tenemos que adquirir ingredientes que sean buenos, sanos, que nutren. Primero hay que generar esos ingredientes en la relación contigo misma. Las mujeres tenemos que ser compasivas, agradables, cariñosas y amables con nosotras mismas. Así, conociendo estas actitudes, podremos identificar qué es lo que nos da otra persona.

Sin embargo, nos educan de otra forma…

Las relaciones sanas son totalmente lo contrario a como nos vienen educando en el amor en familia o en pareja. Te están programando en el amor romántico: el príncipe que te va a hacer feliz. Pero eso no te lo da nadie. La argentina Clara Coria tiene una frase que dice que el amor no es como pensamos, ni como nos lo contaron.

En mis clases siempre digo que tenemos que tener una “habitación de cosas importantes”. Si esa habitación la ocupamos con cualquier persona, no dejamos espacio a quienes realmente lo merecen. Tenemos que trabajar el desapego, el vacío y la soledad. Es necesario enfrentarse a la soledad, con la magia que implica aprender a estar solas. Hay cosas que solo se aprenden con la habitación vacía. De esta forma, podemos pensar qué sueños y deseos queremos que la llenen.

¿Y con qué hay que llenar esa “habitación”?

Gioconda Belli escribió unas Reglas del juego de los hombres que quieren amar a las mujeres. Para mí lo bonito es que cada una cree su propio decálogo para amarse y que la amen con las ideas que le gusten. Yo, en 2011, escribí mi propio decálogo inspirándome en ella, perfilando esta idea. Cualquier persona debe ser feliz antes de encontrarnos a nosotras. Y no podemos esperar que nadie nos haga felices porque es la idea en la que se basa el amor romántico. Estamos acostumbradas a que nos elijan, sin que nosotras tengamos ese poder de elección. También nos inculcan el miedo al rechazo. Cada una debe tener su perfil y defenderlo, sin acomodarse.

Foto: AmecoPress, tomada de la página de Miriam Herbón
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Sociedad - Encuentros y jornadas - Teoría feminista - Empoderamiento - Formación en género; 19 octubre.16. AmecoPress

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