Las hordas feministas
Madrid, 11 ene. 10. AmecoPress.- Quizás esperan que bajemos de las colinas, a galope tendido y cabelleras al viento, dispuestas a pasar a cuchillo a nuestros ancestrales enemigos. Quizás se asoman cada mañana a la ventana para vernos llegar a nosotras, a las mujeres, levantadas en pie de guerra, desarrapadas, asilvestradas y aullantes.
Les vendría bien para alimentar sus ofendidos y heridos sentimientos fruto del miedo que sienten ante las feministas insurgentes que cada vez se vuelven más atrevidas, más insultantes, más poderosas. Esas feministas que ya no pasan una, y que se creen que pueden conseguirlo todo. Que se alzan como un tornado contra cualquier inocente desprevenido que expresa con total espontaneidad y nunca con mala intención el último pensamiento sobre el apasionante y eterno tema de las relaciones entre hombres y mujeres. O tal como ellos lo ven, sobre la guerra entre hombres y mujeres, donde el ganador, y así lo dice la historia que respetan a pies juntillas, siempre fue él, porque era el mejor, el más listo y el más fuerte.
Por eso en estas últimas semanas parece que se hayan puesto de acuerdo un puñado de mentes preclaras, que no son precisamente personas anónimas y carentes de responsabilidad social, sino respetables arzobispos e iluminados jueces, que uniéndose a la causa ya defendida fervorosamente por algún que otro escritor de dominical, han expuesto firme y serenamente su tenaz oposición a la “dictadura de las feministas”, su denuncia de las perversiones y abusos que la Ley Integral contra la Violencia de Género está generando y su convicción de que las pérfidas abortistas merecen sufrir abusos como castigo a su maldad.
Entienden que estas opiniones son respetables y legítimas, con perfecto encaje en un sistema garantista de los derechos, con especial mención del derecho a opinar con completa libertad. Y se sienten incapaces de entender a esas exaltadas feministas histéricas, enemigas de la depilación y de dudosa identidad sexual, que se han rasgado sus feas e inapropiadas vestiduras, exigiendo que su incuestionable libertad de opinión se vea limitada por el respeto a las leyes y , yendo todavía más lejos, se sustente en datos objetivos y demostrables, por ejemplo el número real de denuncias falsas, (ya que no les vale el número aportado por el CGPJ, que se les queda corto) o el exacto número de inocentes que han pisado los calabozos, al amparo de esa Ley denigrante, cuyo efecto protector para las mujeres al parecer no tiene ningún interés, ni viene al caso.
Es evidente el mayor peso en la balanza de las posibles lesiones causadas en el honor y la sensibilidad de los hipotéticos inocentes injustamente acusados por el uso fraudulento de la ley frente a la relativa importancia de las vidas de algunas mujeres que pudieron ser salvadas gracias al funcionamiento eficaz de la misma.
Si de algo sabemos las mujeres es de resistir y ganar. De resistir las provocaciones estúpidas y sortear los desafíos tramposos. Conocemos la importancia de maniobrar para conseguir la óptima posición y los mejores aliados capaces de darnos la victoria en las batallas más importantes. Si algo hemos aprendido las mujeres es a ser estrategas en esta guerra contra los prejuicios y la estupidez, aguantando heridas superficiales para superar los golpes más letales.
Lo cual no tiene nada que ver con la sumisión, o la tolerancia, o la rendición, sino fundamentalmente con la inteligencia y con dos sentidos vitales que las mujeres hemos desarrollado de forma preferente: el sentido práctico de la vida y el sentido del humor. Con el primero hemos sobrevivido y aspiramos ahora también a vivir. Con el último, desactivamos las burdas provocaciones de quienes quieren hacernos aparecer como trastornadas majaderas, de escasa o nula credibilidad que inventan fábulas para poder ser víctimas y reclamar la compasión ajena.
Por eso, no será hoy cuando las hordas de feministas perturbadas atacarán lanza en ristre y puñal en la boca, a quienes las esperan aterrados.
Foto: Archivo AmecoPress.
----------------------------------------
Estado Español – Opinión – Movimiento Feminista. 11 ene. 10. AmecoPress.