La difícil tarea de cambiar una lengua que “los tiene bien puestos”

27 de marzo de 2012.

Por Fabiola Llanos

Medios de Comunicación | Barcelona | Opinión | Comunicación y género | Lenguaje no sexista





Barcelona, 26 mar. 12. La Independent/AmecoPress. ¿Por qué hay tantas reticencias a aprobar ciertos conceptos, mientras que otros son una especie de navaja disonante en las orejas y los ojos de supuestos eruditos de la palabra? Porque estos conceptos, esta perspectiva o enfoque de la realidad, de las noticias cotidianas, o de la forma de dirigirnos hacia otras personas, evidencian que nuestra sociedad utiliza un medio, un arma, una herramienta que es el lenguaje, y que refleja fielmente la idiosincrasia de la comunidad y deja de manifiesto el grado de compromiso con la igualdad: establece las relaciones de poder entre las personas. Y aceptar la necesidad de este tipo de cambios, significa también admitir que si algo se revisa, se replantea y no acomoda, es porque no va bien o no es representativa de un sector importante de la sociedad.

¿Por qué una y no otras?

“f. y adj.: La RAE acepta almóndiga y vagamundo. Se preguntan los amigos Diego y César para cuándo "cocretas" y "pediórico". Añade Natalia que para cuándo "tamburetes". Y yo me pregunto cuánto falta para tener también la "piscina clitorizada". (Fuente: La Callejera Canela, aka bertelmax, aka Carmen G. Aragón)

Después del conocimiento del informe de Ignacio Bosque en el que se señalaba que "si se aplicaran las directrices propuestas en las guías de lenguaje no sexista en sus términos más estrictos, no se podría hablar" las portavoces de la Comisión de Igualdad del Congreso han recordado públicamente a la RAE que el lenguaje tiene que "evolucionar del mismo modo que lo está haciendo la sociedad" y exigen a su vez "abandonar los tintes sexistas que puedan emplearse diariamente" (Europa Press, 5 de marzo, Madrid).

Estamos consiguiendo poco a poco -aunque con mucha lentitud- algunos de nuestros objetivos.

El periodismo con enfoque de género utiliza una perspectiva donde el lenguaje ayuda a visibilidad a las mujeres y ponerlas de protagonistas principales de las sociedades. Es una mirada transversal que atraviesa todos los temas y, por lo tanto, todas las secciones de los medios de comunicación. En este tipo de periodismo se propone analizar la información con la cual trabajamos preguntándonos día tras día si afecta de manera diferente a mujeres y hombres, teniendo en cuenta la construcción social imperante sobre sus roles.

Es bien cierto que en los últimos años ha aumentado la cantidad de mujeres en los medios de comunicación, pero quienes deciden sobre qué noticia es importante y cuál no lo es, siguen siendo mayoritariamente hombres. Es por eso que aun hoy se advierte que un tratamiento determinado de los hechos que son noticia continúa: sexismo, desde la selección, tratamiento y redacción de noticias, hasta las formas de financiación (publicidad). Esto ha provocado el surgimiento de experiencias de comunicación promovidas por profesionales que creemos en el cambio y que conocemos la diferencia entre “hacerlo” a secas o “hacerlo bien”.

Hemos creado agencias de noticias, revistas especializadas, programas de radio, portales internet y otros apoyos que dan vida al debate e intentan sensibilizar sobre los prejuicios de género. A pesar de las dificultades referidas al ámbito económico, la mayoría de nuestros medios sobrevive a esta crisis, y no es porque contemos con más recursos. Todo lo contrario. Lo que si tenemos de sobra, es la convicción de que hacemos lo que podemos para promover un cambio -por pequeño que este sea- en la sociedad y a favor tanto de mujeres como de hombres. Aunque cada día la cuesta se hace más empinada.

Las nuestras son experiencias que buscan transformar el sistema patriarcal, la subordinación de la mujer en todos los ámbitos y no sólo respecto de los derechos sexuales y reproductivos, la despenalización del aborto, la trata de personas, la violencia machista, la feminización de la pobreza, la diversidad sexual, el hambre o la desocupación. También buscamos reflejar que -a pesar de los techos de cristal y suelos pegajosos- la presencia de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad es muy marcada: deportes, cultura, política y ciencia entre otros. Nuestros espacios buscan desnormalizar la mirada sexista androcéntrica y crear redes para articular con diferentes experiencias nuestro objetivo común: contar con el lenguaje como un aliado y no como un respetable enemigo.

Foto: Archivo AmecoPress. Fabiola Llanos.

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Opinión – Medios de Comunicación – Lenguaje no sexista – Comunicación y Género. 26 mar. 12. AmecoPress.

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