La Universidad de Santiago incorpora criterios de paridad para acceder a las cátedras
Santiago de Compostela, 17 may. 10. AmecoPress/Galicia.- Más del 60% del alumnado de la Universidad de Santiago son mujeres. Sin embargo, el género femenino sigue chocando contra el techo de cristal en la institución académica compostelana. Los datos de la última Memoria de Responsabilidad Social revelan que solo hay un 12,3% de catedráticas.
La compostelana es la única universidad gallega que cuenta con un plan de igualdad plurianual. Terminará en el 2011. Y entre las medidas que se han puesto en marcha está la de incorporar criterios de paridad en los nuevos accesos a cátedra.
A la espera de que se publique la nueva Memoria de Responsabilidad social -que ya se está elaborando-los datos no son muy alentadores. En el curso 2006-2007, el número de catedráticas en la USC estaba dos puntos porcentuales por debajo de la media estatal y por cada 11 profesoras titulares, solo había una catedrática. La ratio en el caso de los hombres es diametralmente opuesta: por cada dos profesores titulares, hay un catedrático.
Sin embargo, el techo de cristal no solo frena las aspiraciones del colectivo femenino docente. También el Personal de Administración y de Servicios cuenta con una abrumadora presencia femenina. Del total de trabajadores de la USC, llegaba en el 2007 al 56,5%. En cambio, a la máxima categoría del colectivo tan solo llegan el 5,4% , frente al 9,8% de los hombres.
También los varones son amplia mayoría a la hora de ejercer tareas de coordinación de los grupos de investigación. El estudio realizado por la Universidad aclara que en el catálogo de grupos para el 2006, solo un 23,8% de mujeres ejercían tareas de coordinación, y solo un 37% como Personal Docente y de Investigación.
En todo caso, en los últimos años la USC se ha esforzado en su tarea transversal de fomentar la igualdad en el seno de la institución. No ya a través de estudios, jornadas, charlas o exposiciones, si no con medidas transversales en el día a día. Los escritos oficiales de la Universidad se ciñen a las normas del lenguaje no sexista que publicó la Xunta, por ejemplo.
Incluso se está controlando la paridad en los tribunales, puesto que el diagnóstico de igualdad dejó claro que los encargados de juzgar la capacidad profesional y académica solían ser hombres, fundamentalmente.
Uno de los flecos que aún queda por atar, además de una mayor presencia femenina en las máximas categorías laborales, es el de la conciliación. La vicerrectora de Calidad e Planificación admite que no existen políticas en este sentido más allá de una guardería, ubicada en el Campus Vida, y de la puesta en marcha de los campamentos de verano.
Foto: Archivo AmecoPress
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Autonomías – Educación – Empleo y género – Políticas de Igualdad. 17 may. 10. AmecoPress