“Hay microdiscriminaciones que hacen que se dé un bonus de credibilidad a los caballeros por ser hombres, es una penalización sutil pero constante hacia las mujeres investigadoras”
Tiene un curriculum profesional y académico apabullantes: es doctora en Medicina, dirige en el CSIC el Grupo de “Factores de crecimiento en el desarrollo de vertebrados” que creó en 1991, está especializada en biología celular y molecular, es académica de
Ha sido invitada por
Las barreras visibles y sutiles de las mujeres investigadoras
De Pablo explica que “todo el colectivo de personas que se dedican a hacer investigación en todas las áreas del conocimiento (científicas, investigadoras, profesoras de docencia superior universitaria y las investigadoras de empresas) cuando son mujeres se encuentran con barreras doblemente difíciles. Son profesiones competitivas, de dedicación intensa y hay que ir salvando distintas fases a lo largo de la vida para poder ir llegando a las escalas superiores, que en caso de la universidades, es el ser catedrática; y en el CSIC, se llama profesora de investigación. Llegar a esa escala superior de la universidad y del CSIC es doblemente difícil para una mujer que para un hombre. Antes de entrar en la universidad esas barreras no se notan, luego cuando las mujeres deciden iniciar una carrera científica, la realidad es que, hoy todavía, son menos las mujeres que las finalizan, se pierden por las distintas fases, lo que hace que al llegar al escalón superior el número de mujeres sea muy bajo”.
“Son múltiples las causas de la discriminación o de ese freno interno – manifiesta la profesora investigadora -; una de ellas entran en el campo de la discriminación y otras causas entran en el campo de las propias limitaciones o “techos” que se ponen las propias mujeres. En conjunto esto hace que exista una especie de “techo de cristal”, es el concepto que manejamos, que no lo ves, pero está frenando a tu progreso científico e investigador. Las causas externas, las hay visibles y otras, sutiles. Las más visible sigue siendo que hay una educación sexista, nos guste o no nos guste, en las familias, en las escuelas todavía no se dan las mismas oportunidades porque no se espera que las chicas puedan llegar a los máximos niveles; a pesar de que las chicas, en todos los niveles educativos, estén sacando las mejores notas en las diversas escalas educativas, sea secundaria o universitaria. Otras veces, es un ambiente hostil, frío, poco estimulante que hace que ellas mismas y su entorno no esperen que pueda llegar a más. Aparte, están las discriminaciones flagrantes cuando te presentas a una oposición o a una competición o aspiras a un puesto de trabajo y en vez de juzgar exclusivamente los méritos, se infravaloran esos méritos por el hecho de ser una mujer; esto no se hace de una manera abierta, se hace de forma sutil”.
Flora de Pablo, manifiesta que “estas microdiscriminaciones hacen que se de un bonus de credibilidad a los caballeros por ser hombres y se dé una penalización sutil pero constante porque sino serían inexplicables las cifras que estamos comprobando de pertenencia de mujeres a las distintas escalas universitarias. Sin duda, la carrera de las mujeres está mucho más frenada, encuentra muchas más dificultades en cualquiera de los pasos que hay que dar para avanzar en ella”.
La autolimitación de las mujeres
“El hecho de que las mujeres se autolimiten, –continua De Pablo– puede estar condicionado porque la compatibilización de la vida familiar sea más complicada y eso tiene que ver con el reparto de las tareas cotidianas para mantener una familia. Éste es uno de los capítulos pendientes: las mujeres han salido de sus casas a trabajar al mundo externo, pero la mayoría de los hombres, sobre todo los que tienen más de 45 años, no han entrado en sus casas a poner la parte que le corresponde para sostener ese techo familiar; y eso va desde hacer la compra, la limpieza y un montón de cosas más”.
El tener hijos no es incompatible con la vida profesional. “A mis becarios les recomiendo que sepan elegir con quién deciden convivir”
“La etapa de fertilidad, del tener hijos, –manifiesta la profesora investigadora del CSIC– es suficientemente breve, y más en España que estamos en 1,3 hijos por mujer. El tener hijos no tiene prácticamente ninguna repercusión en la carrera de las mujeres que se puede dilatar durante 30 o 40 años a lo largo de su vida; lo que sí tiene repercusión, es que los hombres no están contribuyendo nada a la parte proporcional cuando se vive en pareja de todas las tareas familiares y cuidado a los mayores, si los hubiera. Eso lo están haciendo mucho menos los varones que las mujeres. Así que yo no echaría la culpa a los hijos, desafortunadamente ha bajado mucho la fertilidad, está claro que las científicas, investigadoras y docentes que viven en pareja todavía tienen una carga familiar mucho más alta que la de sus parejas correspondientes. Y, lo que es más importante, la mayoría de los hombres no valoran las carreras de sus compañeras en los mismo términos que la suya propia y las mujeres muchas veces dejan “pasar” al hombre por delante, le apoyan en su etapa de generación de publicaciones, asistencia a congresos, cosas que hay que hacer para progresar en la carrera científica y luego no reciben el mismo trato de su pareja. Siempre hay excepciones, cuánto más jóvenes son esas parejas siempre se encuentra un mayor equilibrio”.
Más mujeres estudiantes y con mejores expedientes y, sin embargo, menos catedráticas de universidad
La realidad es que un 14’3% de mujeres son catedráticas de universidad frente al 85’7% de los hombres. En el CSIC, en el escalón superior, el 19% son mujeres profesoras de investigación; “cinco puntos más que la universidad – declara De Pablo– y ha mejorado en los últimos años pero todavía es muy distante de lo que debería ser un tercio de mujeres, dado que hace más de veinte años ya había un tercio de mujeres defendiendo tesis doctorales, el primer escalón de la carrera investigadora”.
España ni peor ni mejor que otros países
“A nivel europeo – explica Flora de Pablo–, España está en el medio, no está tan avanzada como los países nórdicos que llevan décadas haciendo políticas activas para que la situación mejore; pero estamos mejor que los países centroeuropeos: mejor que Alemania, que tiene un 8% de mujeres catedráticas o que Austria, e incluso, Holanda. En los países mediterráneos tenemos una situación intermedia y aspiramos a estar en mejores situaciones como lo han logrado los países nórdicos después de bastantes décadas con acciones positivas a favor de que hayan más mujeres en todos puestos de decisión y en todas las escalas más altas de la docencia e investigación”.
Flora de Pablo, es miembro de “Mujeres y ciencia” desde sus comienzos. La comisión empezó de manera informal en el 2001 como grupo de trabajo y en el 2003 se institucionalizó como una Comisión asesora de la presidencia del CSIC. De Pablo, está totalmente satisfecha del trabajo de
“Las universidades públicas y privadas que hay en España –declara De Pablo– no se han enterado que hay que cumplir la ley de igualdad y que en las áreas donde es más difícil encontrar mujeres para los tribunales, hay que invitar a catedráticas de universidades a formar parte de esas comisiones y tribunales; e invitar a investigadoras del CSIC que estamos perfectamente capacitadas para evaluar dentro del contexto universitario o a investigadoras europeas. Es decir, no hay ninguna excusa para no cumplir la ley. Tanto en
Hay que reivindicar el género en la ciencia
Flora de Pablo cree que hay que reivindicar el género: “todas las actividades humanas tienen ya una perspectiva de género, en la humanidad más de un 50% son mujeres y en España un poquito más. Cualquier cosa que se haga tiene repercusión de género ya sea construir una ciudad, plantear una institución de investigación o determinados cálculos económicos; otra cosa es que un proyecto de física, astronomía o medicina, aunque en éste última es casi imposible que no haya una perspectiva de género, tenga una repercusión difícilmente valorable. Es obvio que la vida humana tiene una perspectiva de género desde que nos levantamos hasta que nos acostamos”.
El futuro de las mujeres investigadoras. “Hay que reclutar más mujeres, retener a las que ya están y recuperar a las que se han perdido por el camino”
“Vamos avanzando –manifiesta De Pablo– desde el momento en que en los 80 empezó la legislación de igualdad de oportunidades, ha hecho falta estos dos últimos años con acciones positivas concretas. Con estas dos nuevas leyes, la de igualdad y la universitaria, se puede aplicar la transversalidad de la igualdad. Estoy convencida de que vamos a avanzar bastante. Como siempre que ha habido procesos en los cuales se ha avanzado y luego retrocedido, no podemos bajar en ningún momento la guardia y tenemos que seguir insistiendo en los tres procesos para conseguir más mujeres en ciencia: reclutar más, retener a las que ya están y recuperar a las que, por unas razones u otras, se han perdido por el camino”.
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Fotos: Archivo
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Entrevistas – Sociedad – Voces de mujeres – 12 julio, 07 (AmecoPress)
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