Mujeres mayas, de las 23 etnias existentes plantean un Recurso de Amparo que proteja la propiedad intelectual colectiva ancestral de su indumentaria

Guatemala: Mujeres mayas buscan frenar la cosificación de sus tejidos

14 de julio de 2016.

Por Alba Trejo

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Lo peor es que se obvia a quien elabora esas prendas, en este caso las mujeres, manifiesta la activista maya Sandra Xinico


Guatemala, 13 jul. 16. AmecoPress/SEMlac.- A las mujeres mayas de Guatemala les incomoda que su indumentaria sagrada y espiritual sea cosificada. Que las formas bordadas con sincretismo sean utilizadas en zapatos, bolsas, manteles, pantalones y camisas.

Les molesta cuando ven a modelos occidentales que visten los trajes ceremoniales de sus sacerdotes mayas posando en una revista, o que en un concurso de belleza sus huipiles se luzcan en cuerpos de personas occidentales.

Las carteras y los zapatos también son accesorios con cuadros de tela de huipiles bordados con aves, flores, lunas y otras figuras más que, en la cosmovisión maya, representan la historia de sus vidas narrada en la tela.

Por ello, mujeres mayas que forman parte de las 23 etnias existentes en el país llegaron hasta la Corte de Constitucionalidad a plantear un Recurso de Amparo que proteja la propiedad intelectual colectiva ancestral de su indumentaria.

Y buscan que sean las propias comunidades las que decidan sobre cada una de las prendas tejidas por las manos de las mujeres, si estas pueden o no ser comercializadas por sus habitantes.

Sandra Xinico, activista maya, dijo que tratan de no se cosifique la cosmovisión indígena plasmada en cada uno de los huipiles, porque en ellos cada símbolo lleva implícitas la vida, la naturaleza, la alegría, la fertilidad y la tristeza por la que atravesaron y atraviesan los pueblos indígenas.

"Pero para los occidentales eso no es importante, porque ellos no ven más allá de los colores y el juego de figuras, lo que ven es una moda que exhiben en pasarelas sus modelos occidentales para ganar dinero.

"La expresión concreta de nuestra espiritualidad y cultura, un idioma, una lengua que expresa humanidad, sabiduría y está llena de muchos secretos y significados; eso es nuestra vestimenta" destacó.

Sandra indicó que lo peor es que se obvia a quien elabora esas prendas, en este caso las mujeres, "porque somos nosotras quienes hemos mantenido la indumentaria maya a través de nuestros ancestros".

La población maya conforma 5,8 millones de la población de 14 millones de habitantes en este país, según el Instituto Nacional de Estadística y la gran mayoría viste el traje que la identifica en su comunidad.

Pero es el huipil su vestimenta tradicional, el tapado que las mujeres mayas han conservado y con el cual se han cubierto el torso desde la era prehispánica.

En el Museo del traje indígena Ixel, se detalla que existen al menos 117 distintivos de igual número de municipios pertenecientes a 17 de los 22 departamentos de Guatemala.

Hay trajes de diario y trajes ceremoniales para hombres y mujeres.
Para Angelina Aspuac, quien es una de las mujeres mayas que encabeza el movimiento para la protección de la vestimenta, el traje indígena da valor a la vida en la casa, a la convivencia familiar. "Porque las mujeres, cuando tejen, lo hacen juntas y se cuentan sus problemas o alegrías, ese es el gran valor tejer lo que sienten", señaló.

Hay muchos significados en los huipiles; por ejemplo, la figura de cuatro esquinas simboliza la faz de la tierra, en la tradición Maya, la tierra tiene cuatro esquinas y cuatro sostenes.

Los puntos del centro de un huipil alrededor de la abertura para el cuello son elementos del espacio y, en algunas ocasiones, se identifican con una estrella.

Otro ejemplo es el pájaro viajero, que simboliza a la gente que emigra a otros pueblos o a otros países. Este pájaro es el náhuatl del ser humano.

"Las mujeres hemos sido las guardianas de este elemento, las que nos hemos preocupado más por crearlos", agregó Xinico.

De ahí la petición de la Asociación Femenina para el Desarrollo de Sacatepéquez (AFEDES) a la Corte de Constitucionalidad para que las comunidades decidan los tejidos que podrán ser comercializados para usase en accesorios y ropas.

Y que existan sanciones para quienes falsifican los tejidos y trajes, porque eso propicia que no se pague un precio justo en el mercado por lo que producen, indicaron en una de las audiencias celebradas la semana pasada.

Al decir de Hilda Morales, Procuradora de los Derechos Humanos de la Mujer, cada traje le pertenece a esa comunidad que representa. Y destaca que el huipil es la historia de un pueblo y las mujeres lo conservan y lo pasan de generación en generación; por tanto, tienen derecho a pedir que se proteja.

Aspuac indica que un solo huipil se logra terminar en dos a tres meses. Xinico agrega que ahora se abre un debate alrededor de la comercialización para colocarle a bolsas, zapatos y ropa.

Actualmente, la ley contempla la propiedad individual, pero en este caso se pide que se tome en cuenta una propiedad colectiva, porque la vestimenta maya no le pertenece a una persona individual ni puede registrarse a nombre de una persona como tal.

Actualmente, los comerciantes compran a las mujeres mayas sus huipiles usados a un costo de 20 dólares, después pasa por varios intermediarios y la prenda llega a tener un valor muchas veces de 150 euros.

Ellas se ven en la necesidad de vender, señala Morales, porque una familia maya intenta vivir en este país con dos dólares al día para alimentarse con frijol, tortilla y chile, comprar medicina y cosechar sus cultivos.

Según el informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentado en Panamá, en Guatemala 51 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

"Al final, socialmente buscamos también que haya una justa compra de los tejidos y que las mujeres sean quienes se favorezcan, porque solo ellas saben hacer y contar sus historias en los telares", agregó Aspuac.

Foto: SEMlac.

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Internacional – Economía – Mujeres del Mundo – Empleo y género – Género y desarrollo. 13 jul. 16. AmecoPress.

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