Guatemala: El aumento salarial no resuelve la situación de pobreza y precariedad de las mujeres
Guatemala, 19 ene. 11. AmecoPress/Cerigua.- A finales del 2010 el gobierno guatemalteco anunció un aumento mensual de 200 quetzales al salario mínimo (unos 25 dólares), sin embargo, en el 2011 algunos productos de la canasta básica aumentaron su costo hasta en un 400 por ciento, así como el combustible y los servicios básicos; el incremento salarial no resuelve la situación de precariedad y pobreza que enfrentan las mujeres.
En el caso de las trabajadoras de la maquila, a partir del aumento al salario, deben recibir 59.45 quetzales diarios, cifra que no cubre su alimentación diaria, el transporte, el pago de servicios básicos como luz, agua y teléfono, tampoco para atender las necesidades de sus familias; el Instituto Nacional de Estadística (Ine) reveló que la familia promedio en el país consta de 5 miembros.
La Comisión Paritaria propuso que el pagó mínimo fuera de 100 quetzales diarios (aproximadamente 12.5 dólares), pero la propuesta no fue bien vista por los empresarios, quienes a principios de año anunciaron una serie de despidos masivos, sobre todo en la industria del ensamblaje, de acuerdo con las informaciones de prensa.
Maritza Velásquez, representanta de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, a Domicilio y de la Maquila (Atradhom), manifestó que la nueva cifra no alcanza para cubrir las necesidades básicas de la población y que afecta en gran medida a las jefas únicas que hogar; no representa una respuesta a la realidad de precariedad ni constituye una propuesta concreta de erradicación de la pobreza.
Actualmente, el 40 por ciento de la población se encuentra económicamente activa (Pea) y otro 20 por ciento busca plazas laborales en el ámbito formal; en ese sentido las mujeres también enfrentan una situación de desventaja debido a la maternidad, a que los puestos son creados con base en el perfil masculino y al patriarcado que domina las decisiones empresariales, aseguró la entrevistada.
Una de las acciones positivas y que constituye un valioso precedente para el país en el tema laboral es la creación del Consejo Económico Social (Ces); en él se evidencia la voluntad política para trabajar coordinadamente entre los empresarios, el gobierno y la clase trabajadora, enfatizó Velásquez.
Sin embargo, nuevamente no existe la representatividad de grupos vulnerables como las mujeres, lo que se agrava con el enorme sesgo patriarcal que persiste en figuras como el Comité de Asociaciones Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) y en las instituciones encargadas del tema laboral, añadió la profesional.
La lideresa recordó que en los Acuerdos de Paz se establece que la participación debe ser de todos y todas; el reto para las mujeres es romper con el miedo a expresar sus ideas, participar, hacer propuestas y mantener los espacios de interlocución.
Foto: Archivo AmecoPress. Maritza Velásquez, representante de la Asociación de Trabajadoras del Hogar, a Domicilio y de la Maquila (Atradhom).
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Internacional – Economía – Empleo y género – Pobreza y género. 19 ene. 11. AmecoPress.