El nuevo sufragismo del siglo XXI: la lucha por la conciliación de la vida familiar y laboral
Teresa Deira Lorenzo
Directora de CANALCONCILIA.com
Muchas empresas y sectores de producción todavía hoy, en pleno siglo XXI, mantiene unos modelos de organización del trabajo heredados de la revolución industrial cuando vivíamos inmersos en unas estructura sociales androcéntricas con el consiguiente reparto de roles: la mujer en el hogar y el hombre en la fábrica o las minas.
Es necesaria una urgente adaptación a la nueva realidad social, con sus actuales necesidades. Donde la conciliación de la vida familiar, laboral y personal esté presente en la estructura y diseño de los procesos de producción.
Las organizaciones empresariales no pueden ignorar por más tiempo esta necesidad de hombres y mujeres. Mientras continúan dando por hecho que es un tema al margen de la empresa donde trabajadores y trabajadoras cuentan con su propia infraestructura doméstica y familiar que les permite adaptarse con total flexibilidad a las exigencias y necesidades de la empresa en cada momento; sin tener nunca en cuenta sus necesidades vitales, personales y familiares.
Es evidente que esta falta de medidas de conciliación perjudica, no sólo a la salud y la vida personal y familiar de las personas sino que también afecta a la salud de las empresas y a su cuenta de resultados. Además de estrés, desmotivación, alta rotación,… las empresas no optimizan sus recursos humanos al estar infrautilizando las capacidades de todas las personas de la organización.
Especialmente de las mujeres que tradicionalmente son las que estadísticamente asumen con más frecuencia las cargas familiares, cuidados de menores o personas dependientes, etc. Con la consiguiente desventaja para éstas de cara a su promoción, formación y desarrollo profesional.
Sobre todo en puesto de dirección que se presentan como una especie de reto. Un duro camino lleno de renuncias personales y familiares. Dando lugar a situaciones excluyentes y disuasorias, casi exclusivamente de hombres que dan por hecho que las mujeres lo tienes “más difícil” para presentarse a esos puestos y continuar con su desarrollo profesional.
Es en este escenario donde especialmente las mujeres aún continúan obligadas a luchar por esos nuevos avances. Como en su día, allá por el siglo XIX, lo hacían las primeras sufragistas para reivindicar el derecho al voto. Ahora esa lucha es para avanzar en el logro de otros objetivos sociales, como es la conciliación de la vida laboral con la personal y familiar. De cuyos logros saldrán beneficiadas no sólo las mujeres sino toda la sociedad en su conjunto.
Opinión – Conciliación – 29 octubre, 07 (AmecoPress)