El nuevo convenio de telemárketing mantiene la precariedad laboral

23 de octubre de 2007.

Por Bonnie Rodríguez

Economía | Empleo y género | Zaragoza



Paz Oyó, del sindicato CGT, considera que la negociación no plantea mejoras en las condiciones de trabajo de las plantillas, compuestas sobre todo por mujeres


Dentro de la Jornada Homenaje a Mujeres Libres organizada en Zaragoza por la Secretaría de la Mujer de la Confederación General del Trabajo (CGT), se ha desarrollado la mesa redonda sobre ‘Estrategias Femeninas frente a la precariedad’, en la que intervino la representante de la Coordinadora Estatal de Telemarketing y delegada sindical, Paz Oyó Sam.

“Es muy difícil poder conciliar la vida familiar y laboral en este sector, porque muchas de estas empresas no respetan los derechos de las madres con hijos menores, los permisos, las excedencias, las vacaciones, es una lucha constante en los juzgados para hacer valer estos derechos laborales”, expuso Paz al público presente.

“La estrategia de las mujeres frente a la precariedad debe ir en consonancia con la búsqueda de la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres. No podemos aceptar el hecho de que a una mujer se le valore su trabajo a cambio de renunciar a tener vida privada, y esto se ve en el día a día. Tenemos que luchar por ser iguales en cualquier ámbito de la sociedad, trabajo, familia, etcétera”.

Sector feminizado

El telemárketing es uno de los sectores profesionales más precarios pero también más feminizados y Paz Oyó conoce en primera persona el contexto y los problemas a los que se enfrentan las teleoperadoras, pues hace seis años comenzó a trabajar atendiendo llamadas en la empresa Iberphone.

“Al principio pensé que estar sentada y coger llamadas no era una tarea difícil, pero a la semana, descubro que el estrés y el cansancio emocional era algo habitual, pues se atendían miles de llamadas al día, con cinco minutos de descanso cada dos horas. Durante un tiempo busqué trabajo en otros sectores, pero no lo encontré, a los seis meses la empresa me despide, acogiéndose al artículo 17 del convenio, por disminución de llamadas”.

Después fue contratada por Avantis, con una jornada de 30 horas en turno de tarde, y paralelamente aceptó otro trabajo de teleoperadora para Unisono, en turno de mañana, hasta que una de las empresas decidió “de forma unilateral e intransigente” cambiarle el turno y, ante su negativa, fue despedida, coincidiendo además con el despido en la otra empresa que decidió no contar con ella en el último día de prueba y “15 minutos antes de terminar mi jornada”.

En su última empresa GSS. LINE, fue elegida delegada sindical de CGT, entonces, “el trato de la empresa hacia mi persona cambió radicalmente. Tuve que demandar a esta empresa en muchas ocasiones y por diferentes motivos, conllevando todo esto, a mi despido” que fue declarado improcedente por el juez y está pendiente del recurso interpuesto por la empresa.

Compromiso de la plantilla

En el actual convenio colectivo que se está negociando en la actualidad “no veo cambios a mejor, sino todo lo contrario. Ahora es más importante para las empresas la flexibilidad laboral, en cuanto a cambios de horarios, contratos parciales conllevando al pluriempleo, y sin cargas familiares”.

“Cuando una empresa vulnera los derechos laborales de una trabajadora o trabajador del Telemarketing, por regla general reaccionan de dos formas: el joven estudiante, que vive con sus padres piensa, me da igual, empresas como estas hay muchas; en cambio la persona de edad media, que tiene que pagar su hipoteca, tiene hijos, etcétera, piensa, no puedo hacer nada por miedo al despido, y tiene que malvivir con esto”.

Paz Oyó apostó por un cambio de mentalidad de la plantilla para poder asegurar el futuro del sector en unas condiciones laborales dignas para las trabajadoras y trabajadores.

Sector joven

Oyó hizo un repaso de los orígenes del Telemarketing, que se remontan a 1881, año en que el pastelero berlinés Kranler, ofreció telefónicamente a sus clientes los dulces que fabricaba, consiguiendo duplicar sus ventas. “El sector no se empezó a desarrollar comercialmente hasta 1962, cuando Lee IACOCCA, máximo responsable de la empresa automovilística Ford, encargó una campaña de marketing telefónico, consiguiendo también un gran número de ventas”, explicó.

“El perfil del trabajador o trabajadora de Telemarketing, en la actualidad, no es el mismo que hace diez años. Al principio, la plantilla laboral en este sector estaba conformada por mujeres, entre 35 y los 50 años en su gran mayoría, que trabajaban en tiempo partido. En ese tiempo no había Convenio y los contratos eran de obra y servicio, y de duración muy larga; las incidencias se anotaban en plantillas, los medios telemáticos, así como el uso de los auriculares y ordenadores, forman parte de los cambios que se han producido a pasos agigantados”.

La responsable sindical recordó que, a principios de los 80 y también de los 90, se iniciaron las primeras subcontratas de telemarketing, y Telefónica fue la primera empresa que se acogió a este sistema de contratación, creando ATENTO para los servicios 1003 y 1004, y más tarde para 1002. El primer convenio estatal se firmó en 1999, y entonces comenzó el “boom” de las subcontratas, que coincidió con el inicio de la comercialización de los móviles e Internet para particulares.

Precariedad

Teniendo en cuenta que la mayoría de los servicios de telemarketing son subcontratados, desde la firma del primer convenio el sector ha luchado para que se apliquen las mismas condiciones de las empresas clientes, ya que el trabajo se suele desarrollar en las instalaciones y, por tanto, son “sesiones ilegales encubiertas”, manifestó Paz Oyó.  

Así mismo, declaró que “varios artículos del convenio reflejan la precariedad del sector, como el despido por disminución de llamadas en la campaña o servicio”, punto que se mantiene vigente desde 1999, y que da a las empresas “plena libertad de ejecutar” los despidos. Además, en el nuevo convenio que se negocia en estos momentos, “pretenden que se extiendan estos despidos masivos a los contratos indefinidos, añadiendo un expediente de regulación de empleo”.

“La subrogación es un artículo del convenio que ayuda a las empresas a deshacerse del personal laboral con total impunidad, teniendo la decisión final el empresario. Las jornadas irregulares permiten al empresario jugar con el horario de los trabajadores y trabajadoras a su antojo, pues no se respetan las franjas horarias en muchos casos”.

Sobre los salarios, Paz Oyó informó de que “el salario de un teleoperador con jornada completa es de 849.48 euros brutos”, es decir, la cuarta parte del salario de una  siendo persona que trabaja para la empresa matriz. En 1999, con la firma del primer convenio, el salario bruto anual se fijó en 7.885 euros brutos anuales; en el año 2007, es de 11.892, es decir, “en ocho años el salario de un teleoperador o teleoperadora ha subido 4.000 euros. Comparando con los beneficios que ha obtenido el sector, según datos de la Asociación de Empresas del Telemarketing (AEMT) en todos esos años, es una miseria”.

Paz explicó, que desde 1999 al 2007, se han firmado tres convenios, y en cada uno se ha ido “precarizando” más el sector, a pesar de que los servicios del telemárketing se han extendido a todos los ámbitos de la vida cotidiana, y son utilizados por  los supermercados, la banca, el servicio de grúas, para hacer la declaración de la renta, etcétera.

“Sin embargo, el trabajo del teleoperador o teleoperadora, ya sea de forma telefónica o presencial, se ha deteriorado” porque el flujo de personas es constante en este sector, debido a la inestabilidad, al aumento de la contratación eventual y porque la mayoría de los contratos son a tiempo parcial. “La media de contratos parciales es de un setenta y cinco por ciento, esto tiene como consecuencia el pluriempleo para llegar a final de mes.”

La deslocalización es, en opinión de Oyó, otro factor que incrementa la precariedad del sector de telemarketing. “Se inició con Atento en Argentina, y hoy en día hay empresas españolas en Chile, Perú, Bolivia, Portugal, Marruecos y Brasil. “El 45% de las compañías de este sector ha creado nuevas plataformas en estos países y, en la actualidad, existen empresas de telecomunicaciones que han deslocalizado el 80% de sus servicios, como Amena, Jazztel, Ono y Telefónica”.

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Fotos: AmecoPress

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Economía – Empleo y género – 23 octubre, 07 (AmecoPress)

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