El gasto anual de una persona discapacitada se dispara
No todas las personas consideradas por la Ley de Dependencia tienen las mismas necesidades, y a pesar de las categorías establecidas, los gastos reales de quien tiene una dependencia absoluta no están asumidos. Así lo consideran desde la Asociación de Mujeres No Estandards, que lucha por la normalización y la protección de las mujeres discapacitadas.
“No se está dotando del presupuesto necesario” ha manifestado a AmecoPress Carmen Riu, presidenta de la Asociación de Mujeres No Estandards. Considera que el Gobierno, al hacer sus estimaciones, no ha visto la realidad social. “Contaron menos gente discapacitada de la que realmente hay”.
“Casi todo lo reciben las personas mayores”, señala Riu. En los datos que ayer aportó el Ministerio de Cultura, Política Social y Deporte se aprecia que, aunque el 66 por ciento de las personas que han recibido alguna prestación o servicio por la Ley de Dependencia son mujeres, las tres cuartas partes de ellas son mayores de 65 años.
En la asociación trabajan con mujeres discapacitadas, que también necesitan esas prestaciones, y que tienen muchos más gastos. “Según un estudio hecho por el Ayuntamiento de Barcelona, que utiliza unas categorías de minusvalía muy similares a las aplicadas en la Ley de Dependencia, una persona con una discapacidad de más del 75 por ciento tiene un gasto de 47.000 euros más al año que una persona normal, para llevar el mismo estilo de vida”. Esta cantidad es de 27.000 euros anuales en el caso de contar con una discapacidad de leve a grave.
Una persona con una discapacidad severa no puede hacer nada por si mismo. En la mayor parte de los casos es un miembro de su propia familia quien se hace cargo, generalmente una mujer. Esto implica que no pueda realizar ninguna actividad profesional fuera de casa. “De cara a la emancipación de la mujer, esto es un paso atrás”. Pero contratar a una persona que se haga cargo no es fácil. “Necesitan una persona que lo haga todo. La prestación más alta que conocemos es de 600 euros, y con eso no le pagas a nadie por estar contigo 24 horas”. En general, se necesita personal preparado específicamente. Además, cuenta Riu, esa cantidad no se la dan a cualquiera. “Tienes que ser muy pobre y muy discapacitado”
“Hace falta aumentar el capital y disminuir los profesionales”, manifiesta Riu, que ha visto como las personas discapacitadas han tenido que pasar por exámenes médicos en numerosas ocasiones para justificar su minusvalía. “Les han valorado de mil maneras. Basta con hacerlo en una ocasión”, dice Riu, y que ese dinero que se está invirtiendo, se dirigiera a los cuidados y los servicios.
Otra de las dificultades es el abono del capital aprobado por parte de la administración. “Todavía falta por llegar el 40 por ciento a Cataluña”, dice Riu, y advierte que pasa lo mismo en otras Comunidades Autónomas con las que mantiene contactos.
Estado Español-Discapacidad; 14 enero (09) AmecoPress