El Partido Feminista denuncia la celebración de una feria de vientres de alquiler en Madrid

21 de abril de 2016.

Por Gloria López

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Madrid, 21 abril. 16. AmecoPress. El Partido Feminista ha denunciado a los promotores de una feria de gestación subrogada -vientres de alquiler-, organizada por la revista online Babygest y que tendrá lugar los próximos 7 y 8 de mayo en Madrid. Este evento trata de poner en contacto a parejas que desean llevar a cabo esta técnica de reproducción asistida prohibida en España, con las empresas que la gestionan en aquellos países donde este método sí está permitido. La formación denunciante considera que los coordinadores del evento pueden incurrir en un presunto delito de tata de seres humanos, recogido en el artículo 177 del Código Penal, y de provocación o proposición para cometer el mismo.
 
La revista digital de gestación subrogada Babygest celebrará Surrofair en el Hotel Meliá Avenida América de Madrid. Se trata de una feria en la que participan profesionales del sector procedentes de diferentes del mundo, así como distintas asociaciones españolas que luchan por la legalización de la técnica de los vientres de alquiler en nuestro país. Surrofair se anuncia en su página web como "la única feria de gestación subrogada para pacientes de España" y anima a asistir "si estás pensando en formar una familia y necesitas de esta técnica para poder conseguirlo". El evento se ha organizado anteriormente en Madrid, Valencia y Barcelona.
 
El Partido Feminista destaca que "el estado de necesidad que tienen las mujeres sometidas a la situación de alquilar su vientre, a cambio de un precio, no deja de ser similar a la explotación sexual". Además, sostiene en su denuncia, las mujeres "se ven forzadas a esta situación por la pobreza en que viven convirtiéndose el alquiler de vientres en una opción de supervivencia y lucro". La técnica, que cuesta entre 50.000 y 200.000 euros dependiendo del país, es un "contrato lucrativo tanto para la entidad que lo gestiona" como para las mujeres, afirma la formación.
 
Otro de los puntos que alega el Partido Feminista para interponer la denuncia y presentar un escrito ante el Ayuntamiento de Madrid para que impida su celebración es que los llamados vientres de alquiler no son legales en España. La Ley 14/2006 de 26 de mayo sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida lo prohíbe expresamente al establecer que "la filiación de los hijos nacidos por gestación de sustitución será determinada por el parto".
 
Argumentos
 
Quienes están a favor de la gestación subrogada insisten en que práctica debe basarse en la libertad de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo. Libertad que el propio proceso niega, tal y como explica la campaña “NoSomosVasijas”, promovida en España por diversas personalidades de la filosofía, el constitucionalismo y el movimiento feminista, como Amelia Valcárcel, Alicia Miyares y Ana de Miguel. “La maternidad por sustitución niega a las mujeres gestantes el derecho a decidir durante el proceso de embarazo y en la posterior toma de decisiones relativas a la crianza, cuidado y educación del menor o la menor. Porque elegir es preferir entre una serie de opciones vitales. La elección va acompañada, a su vez, de la capacidad de alterar, modificar o variar el objeto de nuestras preferencias. La maternidad subrogada no sólo impide a las mujeres la capacidad de elección, sino que además contempla medidas punitivas si se alteran las condiciones del contrato”.
 
Como Beatriz Gimeno, activista LGTB y diputada por Podemos en la Asamblea de Madrid, dice en algunos de sus artículos, la maternidad subrogada no es una técnica de reproducción, como la fecundación in vitro, “a no ser que nosotras seamos vasijas”. “La técnica puede ser la manera en que se produce dicho embarazo pero nunca éste, ni el parto, ni el nacimiento de un bebé ni la manera en que este pasa a formar parte de la sociedad en la que nace”, ha publicado.
 
La gestación subrogada ha dado lugar a barbaridades como las denominadas granjas de mujeres. Hace cuatro años, 14 vietnamitas fueron rescatadas del complejo en el que las retenía una compañía de vientres de alquiler. Las mujeres habían sido captadas y engañadas con la promesa de que recibirían una gran cantidad de dinero. La empresa Baby 101 les confiscó el pasaporte para que accedieran a proseguir con los embarazos para luego entregar a los niños a las personas que contrataban los servicios de la compañía. Las mujeres recibían 5.000 dólares por bebé, aunque los clientes pagaban 32.000 más los gastos del embarazo. Y en la India, país en que la maternidad de alquiler está legalizada, son habituales prácticas similares a ésta, en las que mujeres gestantes viven todas juntas en complejos. Incluso se conocen casos de padres y madres contratantes que, al saber que el feto tenía alguna enfermedad, han exigido el aborto o no han querido hacerse cargo del bebé al nacer.
 
Los organizadores de la feria que, si nada cambia, se celebrará el próximo mes de mayo en Madrid, aseguran que nunca propondrían un país como por ejemplo la India, porque conocen las condiciones en las que viven las mujeres allí. Las madres de alquiler de la India suelen cobrar entre 5.000 y 7.000 euros por este servicio, lo que supone 10 años de salario para la gente que trabaja en el campo, una oferta tentadora para quienes pasan necesidades económicas. A este coste hay que sumarle otros, pero el proceso cuesta menos de la mitad de lo que costaría en Estados Unidos.
 
Sin embargo, los argumentos de aquellas personas que están en contra de los “vientres de alquiler” van más allá de las situaciones y condiciones económicas. En el manifiesto de la campaña “NoSomosVasijas” se explica: “Porque nos mostramos radicalmente en contra de la utilización de eufemismos para dulcificar o idealizar un negocio de compra-venta de bebés mediante alquiler temporal del vientre de una mujer, viva ésta en la dorada California o hacinada en un barrio de la India. Así es que nos afirmamos en llamar a las cosas por su nombre, no se puede ni se debe describir como “gestación subrogada” un hecho social que cosifica el cuerpo de las mujeres y mercantiliza el deseo de ser padres-madres. Porque la perspectiva de los Derechos Humanos supone rechazar la idea de que las mujeres sean usadas como contenedoras y sus capacidades reproductivas sean compradas. El derecho a la integridad del cuerpo no puede quedar sujeto a ningún tipo de contrato”.
 
Foto: Amecopress;
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Estado español – legislación y género – Feminismo – Movimiento feminista – Campañas -Debates; 21 abril. 16. AmecoPress

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