Cuba: Las cargas sociales afectan la calidad de la sexualidad femenina

11 de febrero de 2011.

Por Sara Más

Internacional | Género y desarrollo | Conciliación | Salud y género | Salud reproductiva | La Habana, Cuba.





La Habana, 11 feb. 11. AmecoPress//SEMlac.- Algunas insatisfacciones sexuales de las mujeres de edad mediana podrían depender más de ciertas cargas personales y sociales que del propio proceso de envejecimiento que están viviendo.

A esta conclusión llegó un grupo de especialistas cubanos tras un estudio descriptivo transversal, realizado entre enero y mayo de 2007, y que incluyó a 300 mujeres con residencia permanente en la capital cubana.

La exploración incluyó a mujeres entre 40 y 59 años de edad que aceptaron participar voluntariamente y evaluó, entre otros aspectos, la presencia e intensidad de síntomas del síndrome climatérico, así como la sobrecarga de género, teniendo en cuenta su incorporación al trabajo, el desempeño de las tareas domésticas, la composición de su núcleo familiar y la atención a personas y familiares enfermos.

Igualmente, el estudio puntual y no representativo consideró un índice de función sexual que evalúa diferentes aspectos del erotismo, como el deseo, la excitación, lubricación, orgasmo, satisfacción y dolor durante las relaciones sexuales.

De alguna manera, la investigación confirmó que las malas relaciones de pareja, con los hijos, la pérdida de la autoimagen, la irritabilidad, el insomnio y la depresión son eventos y síntomas frecuentes durante la etapa del climaterio que suelen tener un impacto negativo sobre la actividad sexual de las mujeres de edad mediana.

El grupo de trabajo concluyó que, si bien los índices de satisfacción sexual de las mujeres estudiadas son considerados normales, al menos una de cada tres identificó cambios en la calidad de algún aspecto de su función sexual, cuya intensidad parece depender más de aspectos sociales -como las dificultades en las relaciones de pareja o la sobrecarga de género-, que del proceso natural de envejecimiento.

Las propias entrevistadas opinaron, en 67,3 por ciento de los casos, tener una función sexual satisfactoria; en tanto, más de la mitad del 32,7 por ciento con función insatisfactoria refirió que sus parejas tenían problemas de disfunción eréctil o de eyaculación precoz, con sobrecarga de género y un síndrome climatérico severo.

De acuerdo con el equipo de investigación, la frecuencia detectada de "disfunción sexual" -aproximadamente tres de cada 10 mujeres-, se corresponde en general con otras investigaciones realizadas en cubanas de edad mediana, con independencia del sitio de estudio (consulta o domicilio) y del método empleado para el diagnóstico del trastorno sexual.

Ello permite señalar que, "efectivamente, la mujer cubana de edad mediana tiene disfunción sexual con menor frecuencia que las referidas en otras latitudes", suscriben Daysi Navarro Despaigne, Blanca Manzano Ovies y Miguel Lugones Botell, autores del estudio "Función sexual en mujeres de edad mediana de Ciudad de La Habana".

Por otra parte, pensamos que la actividad sexual también se ve reforzada por la influencia del medio social, agregan los profesionales, que pertenecen al Grupo de Climaterio y Menopausia de la capital cubana.

No obstante, reconocen que en Cuba y en Latinoamérica son escasos los reportes relativos al tema, por lo que no hay consenso teórico al respecto.

Como tendencia, los estudios relacionados con la actividad sexual del hombre que envejece muestran una serie de cambios en las fases del erotismo, que son consideradas como propias de la "edad" y no siempre requerirían tratamiento medicamentoso, explican los estudiosos. Sin embargo, cuando se alude a los cambios en la actividad sexual referidos por la mujer que envejece, con frecuencia se les catalogan como "disfunción" y no como modificaciones secundarias a los cambios hormonales de la posmenopausia y al proceso de envejecimiento, añaden.

Estudios descritos por la literatura especializada y realizados en centros de atención a la mujer durante el climaterio reportan una frecuencia en trastornos de la sexualidad que van de 42 a 84 por ciento, según la mujer pase de la peri a la posmenopausia. Sin embargo, cuando las investigaciones incluyen a las que acuden a la atención primaria de salud, las frecuencias son menores.

El grupo que emprendió este estudio local en La Habana se preguntó cuáles serían los cambios "normales" de la actividad sexual de la mujer posmenopáusica, si se tiene en cuenta que el proceso de envejecimiento modifica, dentro de determinados parámetros, las funciones de todos los órganos y sistemas.

"Identificarlos constituye una premisa imprescindible para brindarles la respuesta terapéutica que requieren las denominadas disfunciones sexuales de la mujer de edad mediana", comentan en uno de los resúmenes de su investigación.

Foto: Archivo AmecoPress

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Internacional – Salud y género – Salud sexual – Género y desarrollo – Conciliación. 11 feb. 11. AmecoPress.

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