Crímenes contra las mujeres en Perú
Durante la última semana han tenido lugar en
Maria Isabel Cedano, coordinadora de Demus, aparenta unos 35 años, de baja estatura y aspecto tímido, tiene una mirada firme y mucha convicción en sus palabras. Conoce de primera mano la experiencia de las mujeres indígenas torturadas y expulsadas de sus casas y tierras por el solo hecho de ser campesinas, pobres y de piel aceitunada. Se las culpaba oficialmente de acoger a terroristas y sin juicios de ninguna clase, y ante sus propios ojos asesinaban a sus maridos, padres o hermanos, por colaboradores de la guerrilla. A la mayoría de las mujeres las violaban y a algunas las convertían en esclavas sexuales.
“Las mujeres que han sobrevivido a tanto dolor e injusticia, siguen luchando para que les restituyan su dignidad”. Cedano trabaja desde sus inicios, hace 17 años, en la organización feminista peruana Demus. “Somos un grupo muy chiquito, unas 12 mujeres y algunos hombres. La mayoría somos abogadas, asistentes sociales, investigadoras y nos hemos convertido en la voz de las mujeres sin voz, sobre todo, en las intermediarias de sus aspiraciones”, explica.
- Ha sido invitada por la organización Entrepueblos-Cataluña para hablar sobre la violencia contra las mujeres en situación de conflicto armado, ¿cómo valora el encuentro?
– He venido a Barcelona, para hablar de la lucha de las mujeres peruanas por ‘la justicia y reparación’ y también para aprender de la experiencia de otras compañeras, de Guatemala, de Marruecos, de Nicaragua, de Colombia, y por supuesto también de ustedes, las españolas. Para vencer la violencia de género necesitamos unirnos y conseguir cambios estructurales profundos, que se dirijan hacia la superación del sexismo, el racismo y
- Explíquenos cómo empezó y las razones para la fundación de Demus.
- Para entender nuestro trabajo en Perú, hay que remontarse a mediados de los 80, cuando se inició un duro conflicto armado. Un sector de la izquierda radical se armó bajo el nombre de Sendero Luminoso, e inició una especie de guerrilla, apelando al terror. Y justamente las primeras víctimas fueron gente pobre de las comunidades campesinas aisladas. O sea que, decían que querían defender a los indígenas, pero hicieron todo lo contrario. Pero lo peor, no fue eso, sino la reacción represora que el estado desarrolló durante años. Una política de terror que asociaba terrorismo a indígenas y pobres. Con la excusa de ‘eliminar’ al terrorista, miembros del ejército reprimieron y mataron a mucha gente. Por el solo hecho, de ser de izquierdas, o campesino, ya eras ‘potencialmente’ colaborador con
- En aquellos años apoyar de una manera tan clara a las mujeres indígenas les debió causar muchos problemas, ¿no?
- Claro. Todo el mundo sabía o intuía lo que pasaba en el interior del país, pero nadie decía nada y los medios peruanos no informaban. Fueron necesarios hechos muy cruentos que tuvieron repercusión internacional para que las ONGs, empezaran a ocuparse de nuestra tragedia. Nosotras fundamos Demus, a principios de los 90, precisamente para atender a muchas mujeres que buscaban ayuda y asesoramiento legal. Iban de cárcel en cárcel con la esperanza de encontrar y poder ayudar a sus familiares desaparecidos o represaliados, pero todavía no se atrevían a explicar la violencia vivida en sus propios cuerpos. Eran sobrevivientes, y seguían adelante con su trauma a cuestas. Necesitaban protección, podían pagar muy caro el hecho de estar vivas, y por lo tanto el de ser unas testigos incomodas de
- ¿En Perú, el gobierno todavía no ha iniciado esa política verdadera de ‘justicia y reparación’ que reclaman?
- Tres gobiernos diferentes y se ha avanzado muy poco. Los gobiernos de Alan Garcia o de Fujimori fueron terribles, pero el actual de Toledo tampoco hace nada por solucionar los verdaderos problemas del país, la desigualdad tremenda y las diferencias tan enormes entre pobres y ricos. Es cierto que, gracias a la presión internacional se hace algo, y se ha iniciado algún juicio, promovido por jueces dignos.
Hay que tener en cuenta que el primer informe que explicaba parte de lo que había ocurrido, fue presentado en el 2001 por
- En la mesa ha explicado que la violencia sexual es una estrategia más de los gobiernos en situación de conflicto armado para asegurar que el pueblo no se va a poner en contra de su política.
- Por supuesto. Está siendo muy necesario en todo el mundo desenmascarar esta política. Ya hemos conseguido que la violencia sexual, en situaciones de conflicto, sea considerada a nivel mundial un crimen de lesa humanidad, pero tenemos que ir mucho más allá. La violencia contra las mujeres no entiende de fronteras, razas ni clases. Más bien es la consecuencia de la ‘desigualdad’ en diferentes aspectos". Vivimos en un patriarcado y el sexismo está presente hablemos del país que hablemos. La pobreza es un factor importante para explicar la violencia, pero, no es suficiente Hay alguna cosa más, un factor cultural y social, que justifica las acciones de los poderosos.
- En su opinión, ¿por qué cree que la violencia, y la muerte de tantas mujeres a manos de sus parejas está tan extendida mundialmente?
- Tenemos que reconocer que aunque nos hayan hecho creer que el machismo estaba de capa caída, no es así. Las cifras de mujeres muertas por sus parejas no varían tanto entre España y el Perú, aunque nosotras ponemos en cuestión el recuento de víctimas y queremos que se hable de “feminicidio” de miles de muertes de mujeres asesinadas por hombres. En nuestro país andino, la policía no distingue homicidios por sexos, y los pone todos en el mismo saco y cuesta mucho descifrar
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Fotos: AmecoPress
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Internacional – Violencia en conflicto armado – 31 octubre, 07 (AmecoPress)