Abordaje feminista sobre la defensa del territorio y de los cuerpos de las mujeres en contextos de conflictividad social
Madrid, 05 octubre 2017, Amecopress. Sostener diariamente la vida dentro de un sistema que cotidianamente la ataca es tremendamente complicado. Las feministas lo saben. Por eso defienden los territorios y los cuerpos, encabezando luchas que cuestionan trasfondos ancestrales que sustentan un sistema cuya dirección es “morir matando”.
“Pero las mujeres no estamos dispuestas a morir por algo, sino a vivir por ello”, ha dicho Yayo Herrero López, ecofeminista, directora de FYHEM y activista de Ecologistas en Acción, en la mesa celebrada a primera hora de la mañana de hoy jueves, 5 de octubre, dentro del Seminario Internacional: ‘Criminalización de la defensa de los Derechos Humanos en América Latina y Europa’, que se celebra en La Corrala, en Madrid.
Junto a ella, una enérgica Lolita Chávez Ixcaquic exponía con claridad el objetivo y la estrategia del feminismo comunitario: “hemos decidido liberar nuestros cuerpos y nuestros territorios del neoliberalismo, ese es nuestro caminio”.
La lideresa maya quiché forma parte de la coordinación del Consejo de Pueblos K’iche’s (CPK), una organización que se enfoca en “la defensa de la vida, la Madre Naturaliza, Tierra y Territorio”. Pero no solo denuncia las violencias que se ejercen sobre el territorio-tierra, sino también las que tienen lugar sobre el territorio-cuerpo de las mujeres. Debido a la labor que realiza ha tenido que enfrentarse a numerosas agresiones, procesos de criminalización, actos intimidatorios y atentados contra su vida. El último fue el 7 de junio de 2017, cuando ella y varias integrantes del CPK sufrieron un ataque por parte de hombres armados, después de haber demandado a las autoridades pertinentes que revisaran las licencias de un camión que transportaba madera.
Patriarcado + neoliberalismo + colonialismo = violencia + violencia contra las mujeres
En su intervención ha denunciado al Estado de Guatemala “racista, excluyente, violento”, a las empresas transnacionales y también al patriarcado presente en su cultura y que hace que los mismos compañeros con los que comparten luchas y enfrentan a las empresas, “nos peguen y nos violenten en las camas”. Les voy a dar una fórmula: patriarcado + neoliberalismo + colonialismo = violencia + violencia contra las mujeres.
Lolita ha ofrecido el análisis de contextos locales, religiosos y mundiales en los que se desarrollan las luchas del feminismo comunitario, estableciendo conexiones y advirtiendo: los Estados están colapsados, son incapaces de dar respuestas, el modelo de vida que se nos impone desde las empresas es violento, el opresor los llevamos dentro. Frente a esto, la feminista ha abogado por “procesos de sanación” y “propuestas comunitarias que pueden dar luz al mundo”. Y ha enfatizado: “si nos quitan el amor nos quitan la vida y la libertad”.
Los modelos de vida han sido un tema recurrente en la mesa. Marusia López Cruz, integrante de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (México) explicaba: “Es una obligación enfrentar a este sistema contra la vida, proteger a las defensoras, que están defendiendo al planeta de un modelo de destrucción que no es sostenible”. La defensora ha defendido el bagaje feminista de saberes y ha sostenido que es el “tejido social el que salva la vida”.
Tejido social y Feminismos
Esta protección comunitaria feminista tiene algunos rasgos destacables. En primer lugar, el conocimiento profundo de las dinámicas de poder, lo cual puede ayudar a construir metodologías de análisis de riesgo más acertadas. Además han construido sus propios mecanismos de seguridad, que se activan frente a las agresiones a los territorios, permiten proteger a las defensoras y defensores y expulsar las fuerzas violentas. En tercer lugar, saben construir estructuras de poder colectivo, asambleario, lo cual, además, permite por ejemplo, no individualizar los ataques: “cuantos más rostros seamos, les es más difícil a los agresores”. En este modelo encontramos procesos de resilencia y sanación, no solo del individuo, sino de toda la comunidad. “Son fundamentales para sanar y cohesionar la comunidad y para mantener la esperanza”.
Ahora bien, tal y como han explicado Lolita y Marusia, la necesidad de tener tejidos sociales fuertes, implica revisar las dinámicas de esos tejidos. “Esos tejidos también contienen discriminación y violencia, especialmente hacia las mujeres”. Reconocerlo y abordarlo es fundamental.
A la vez, en esos tejidos hay que poner a las mujeres en el centro. Por justicia histórica, porque juegan un rol fundamental en la defensa de la vida, por la fuerza y la capacidad de las mujeres, sus cuerpos y sus conocimientos feministas. Y eso implica también, sancionar las violencias machistas, poner el foco en los perpetradores y “proteger” a los Feminismos: “nos han dado mucho y a veces, los instrumentalizamos”, ha dicho Marusia.
Fotos AmecoPress
Internacional – Mujeres del mundo – Derechos humanos – Cooperación – Feminismo –Género y desarrollo – Ecología; 05 de octubre. 17. AmecoPress