Lola, lotera: “Se pasa frío y muchas incomodidades, pero no queda otra, así es la vida”
Entre el frío y conglomeraciones de miles de personas que inundan la Puerta del Sol por las fechas decembrinas en Madrid, más de cincuenta mujeres abrigadas de pies a cabeza se buscan la vida vendiendo billetes de lotería, trabajan más de doce horas al día y se acompañan pues “no queda otra hija, es lo que hay, y con gente o frío tenemos que vender los billetes, juntas nos reímos y nos damos ánimos” declararon mujeres vendedoras de lotería a AmecoPress.
Afuera de la tradicional pastelería “La Mallorquina” en pleno corazón de Madrid, y en las zonas que rodean La Puerta del Sol desde las diez de la mañana hasta las once de la noche mujeres de todas las edades venden billetes de lotería, por cada trozo de la serie que venden ganan dos euros. Tras el sorteo de Navidad, seguirán en la calle ofreciendo boletos de la Lotería del Niño, del que la experiencia de años demuestra que se venden menos.
“No nos alcanza para mucho, todo depende del día, algunas veces sólo podemos pagar lo que aquí nos cobran por el sitio de venta autorizada, pero las personas hasta se llegan a molestar si les pedimos una propina de navidad” explicó María quien lleva dos años vendiendo billetes de lotería en Puerta del Sol, que prefirió omitir el precio que les cobran por ser vendedoras autorizadas en el centro de la capital.
Lola, quien lleva 35 años vendiendo billetes de lotería, encarna una cara de la moneda más amable pues expuso que “llevo 35 años vendiendo billetes en las calles por estas fechas, me ha ido bien, por eso he seguido aquí, aunque se pasa frío y muchas incomodidades”.
Lola explicó que suman un poco más de cincuenta las mujeres que buscan ganar un poco más de dinero durante estas fechas navideñas y aprovechan la lotería de navidad y reyes para sus ventas.
“Los que vienen ahora compran más en Navidad, mucha gente protesta porque nosotras acostumbramos a pedir una propina, pues yo llevo tiempo, pero otras compañeras no ganan casi nada y se les van aquí muchas horas” explicó Lola abrigada bajo un grueso abrigo negro y desde su silla que mueve continuamente ante el atropello de las personas que saturan La Puerta del Sol cada diciembre por las fechas de fiesta.
Un oficio que pasa de generación a generación
Lola es una mujer alegre, no le importa el frío, ni la lluvia, ni los pocos grados que indique meteorología en el duro invierno madrileño, pues ella recuerda desde niña acompañar a su madre a vender billetes lo cual además de gustarle le trae recuerdos de su infancia.
“Me gusta vender lotería, hablar con las personas, ¡he dado dos veces al gordo!, pero de esas dos veces nadie nos dio nada, ni a mi ni a nadie, es toda una mentira, eso que dicen de que si ganan van a darle a las personas; ¡no comparten nada¡” exclama Lola.
Experta en la venta de billetes, ha visto generaciones completas de mujeres que venden lotería y asegura que actualmente hay más jóvenes ejerciendo este oficio, lo cual atribuye a precariedad laboral y que es un oficio que pasa de madre a hija.
“Ahora hay mucha juventud, pero es que no hay un buen pago en los trabajos normales, y si te va bien en este pues ganas algo más para ti por las fechas, depende cómo te vaya, y cómo esté el día, además esto es como una herencia, antes vendía mi madre, ahora vengo yo y traigo a mis hijas, es como una cadena lo vamos heredando todas, de una a otra mujer nos pasamos el oficio” dijo Lola.
Referente a las ganancias, Lola asegura que es posible ganarse hasta unos dos mil euros si los días de venta son buenos, pero que no sería posible vivir sólo de ello pues las fechas modifican radicalmente la venta de los billetes.
“Este año al día el máximo que he vendido fueron 44 billetes de lotería, hay mujeres que llevan más de tres meses vendiendo, yo llevo poco, pero tengo ya experiencia hay gente que me conoce, pero ¡eso sí, todas estamos desde las diez de la mañana a diez u once de la noche, si me va bien unas 300.000 pesetas, que son unos dos mil euros. Cuando es muy mala por lo menos unos 500 euros, pero no podría vivir sólo de esto, es como el trabajo de navidad para los regalos, la cena”.
Desde inicios del mes de diciembre, incluso dos meses antes de las fiestas navideñas, es posible ver a mujeres de todas edades vendiendo estos boletos, también se las observa juntas bebiendo café, o compartiendo el pan que recién sale de los hornos de La Mallorquina, pues entre ellas dicen que hay que darse apoyo en el duro invierno, tal es el caso de Teresa y sus amigas que trabajan delante de la tradicional pastelería madrileña.
“Aunque nos aplasten tenemos que vender los billetes, o aunque pasemos frío, ya estamos acostumbradas, niña, a estas cosas. Compramos cafés, unos bollitos y nos reímos de nosotras mismas, son fiestas y debemos seguir aquí, por eso hay que tomarlo con calma, ahora no nos va bien, pero todavía faltan más días y esperamos que las ventas mejoren” concluyó Teresa.
Fotos: AmecoPress. Pies de Foto: 1 y 3) Vendedoras de lotería en la Puerta del Sol. 2) Doña Lola, vendedora de billetes.
Autonomías-situación social de las mujeres-empleo y género; 26 diciembre (07) AmecoPress