Cuando las condiciones económicas se deterioran, las desigualdades de género se acentúan
Madrid, 11 nov (11). AmecoPress. Las mujeres, junto a la juventud, son las grandes damnificadas de la crisis económica. Partían de una situación de desigualdad que ciertamente planteaba ya obstáculos para lo referido a oportunidades de encontrar empleo, salarios, perspectivas de promoción profesional, estabilidad laboral, acceso a los puestos de responsabilidad en las empresas y posibilidades de compaginar la vida laboral y familiar. Si bien ha habido, por parte del poder político, un intento de paliar esta discriminación a través de leyes y medidas de diverso tipo, los indicadores muestran que la paridad es todavía una aspiración lejana e incluso, en algunos sectores y franjas de actividad económica, se constata un retroceso.
Una de las apuestas más significativas de los últimos años fue la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres de 2007. Una norma que buscaba dar más poder político y económico para las ciudadanas y mayor corresponsabilidad en las tareas de cuidado -permiso de paternidad de 13 días-, entre otros.
Pero los datos evidencian que en el ámbito laboral y empresarial persisten importantes diferencias de género. Los datos provenientes del proyecto Global Entrepreneurship Monitor (GEM), del año 2010, muestran que en el caso concreto de la economía española, la participación femenina en la actividad emprendedora supuso un 36,4 por ciento del total, acusando un descenso de casi seis puntos porcentuales desde el año 2008. Este dato refleja que, al igual que en el sector de empleo por cuenta ajena, cuando las condiciones económicas se deterioran, las desigualdades de género se acentúan también en el ámbito emprendedor.
Las consejeras de las empresas del IBEX, el 6 por ciento en 2007, son ahora el 11,3 por ciento. Muy lejos aún del objetivo del 40 por ciento que recomendaba la norma para 2015. Y esta resistencia del poder económico a la presencia equilibrada de mujeres y hombres en el poder económico se da en toda Europa, por lo que la Comisión Europea amenaza con implantar cuotas obligatorias si no hay avances sustanciales pronto.
Ante esta situación, la Secretaría de Estado de Igualdad ha intensificado sus acciones en esta materia, con una labor de apoyo al emprendimiento femenino, que en el último año se ha traducido en una potenciación de los microcréditos y del Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres (PAEM). El principal objetivo es facilitar el acceso a instrumentos financieros, como la microfinanciación, así como a servicios de asesoramiento y seguimiento de nuevos negocios liderados por mujeres.
Además, se trata de implementar otras acciones como son la promoción de los planes de igualdad en la empresa, el distintivo de calidad en la empresa, así como el impulso de un mayor número de mujeres en los consejos de administración de las grandes empresas.
Finalmente, las organizaciones feministas y sindicales enfatizan de manera especial, entre los problemas pendientes, el desempleo -que castiga más a las mujeres, el 22,1 por ciento frente al 21 por ciento de los hombres-, y la brecha salarial, que supera el 20 por ciento.
Fotos archivo AmecoPress
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Economía – Empleo y género – Conciliación – Empresariado - Movimiento feminista – Políticas de igualdad; 11 noviembre (11);