El 80 por ciento de las mujeres acude a la consulta ginecológica por infecciones vaginales

25 de abril de 2011.

Por Redacción

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La llegada de los periodos vacacionales, con el retorno a las playas y piscinas, puede favorecer la aparición de infecciones


Madrid, 25 abril 2011. Las causas de las infecciones vaginales pueden derivarse de un desequilibrio en la flora vaginal. Por ello, el 80 por ciento de las mujeres acude a la consulta ginecológica. Esta enfermedad se manifiesta con unos síntomas muy característicos como la alteración del flujo vaginal o sensación de quemazón en la vulva o la vagina.

En la mayoría de las ocasiones los labios vulvares están enrojecidos e hipersensibles. La doctora Ana Rosa Jurado, médica y sexóloga, miembro del grupo de probióticos de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia y Secretaria del grupo de trabajo de Sexología de SEMERGEN, explicó que “las causas de este problema pueden derivarse de un desequilibrio en la flora vaginal, que puede dar lugar a patologías como la vaginosis bacteriana –el tipo más común de infección vaginal- o la Candidiasis, que es la segunda causa de vaginitis en mujeres en edad fértil y adolescentes”.

En este sentido, la llegada de los periodos vacacionales, como la Semana Santa, con el retorno a las playas y piscinas, puede favorecer el desequilibrio y la aparición de infecciones debido, entre otros factores, a la humedad del bañador.

Tratamiento

“Uno de los problemas más frecuentes con el que nos encontramos, tanto las mujeres que lo sufren como los profesionales médicos, a la hora de tratar este tipo de infecciones, es la repetición de la enfermedad -incluso después de un adecuado tratamiento-, ya que una vez alterada la flora vaginal, es difícil restaurarla y la repetición de la vaginitis es frecuente”, comentó la doctora Jurado.

Lo habitual es tratar la infección mediante óvulos vaginales y cremas que se aplican en la vulva. Los antifúngicos o bactericidas locales suelen ser eficaces y fáciles de usar, pero fallan a la hora de restaurar el equilibrio vaginal perdido. Este problema se suple con los preparados probióticos vaginales, que contienen lactobacilos, y que suponen un buen complemento terapéutico.

Sin embargo, no todos los preparados son efectivos. Es importante que contengan las cepas de lactobacilos adecuadas para una mayor eficacia. En el caso de la vaginitis bacteriana, está demostrado que las cepas del lactobacillus - L. rhamnosus y L. Gasseri - tienen propiedades en la regeneración y mantenimiento de una flora vaginal sana.

Además, estas cepas, conjuntamente, son capaces de resistir el metronidazol, la gentamicina y la clindamicina, y son las adecuadas para evitar la colonización e infección por cándida albicans. Este aspecto es clave, porque una tercera parte de las vaginitis son debidas a hongos.

Los lactobacilos son probióticos utilizados para restablecer el equilibrio de la flora vaginal y cuentan con efectos antialérgicos, inducen la liberación de citocinas anti-inflamatorias y aumentan la inmunoglobulina, es decir, tienen un efecto anti-inflamatorio y aumentan las defensas.

Por último, se debe tener en cuenta que muchas de estas infecciones, requieren un tratamiento en pareja, ya que también los hombres pueden estar infectados, y si estos no realizan el tratamiento, es más probable sufrir recidivas.

Recomendaciones

Cambiar la ropa interior todos los días, en caso de usar protectores diarios, elegir los que no contienen desodorante y cambiarlos varias veces en el día, no utilizar ropa de lycra a diario, sino de algodón, no usar pantalones ajustados a diario, porque estos inflaman la vulva.

No realizarse lavados o duchas vaginales, sólo hacerse una limpieza de los genitales por fuera con agua, o con un jabón neutro o blanco sin perfume, no aplicar ningún tipo de spray o desodorante íntimo. Realizar la limpieza de la vulva de adelante hacia atrás, para no arrastrar los microorganismos provenientes del ano hacia la vagina.

También los tampones deben utilizarse sólo durante el día y cambiarlos cada cuatro horas, tratar de evitar alimentos ricos en azúcar, levaduras y cafeína. Estos ingredientes promueven el crecimiento desmedido de hongos. Comer yogur, específicamente los que contengan Lactobacillus acidophilus.

Asimismo, dormir sin ropa interior para disminuir la humedad en la zona vulvar, no rasurar por completo el pubis, ya que con el rasurado pueden producirse micro cortes en los labios vaginales o en el periné.

Fotos AmecoPress.

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Autonomías – Salud y género – Salud reproductiva; 25 abril (11); AmecoPress

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