Mujeres en la oscuridad de Ciudad Juárez
Madrid, 18 feb. 11. AmecoPress. Guadalupe Lizárraga es una de las grandes especialistas del periodismo mexicano, defensora de los derechos humanos y activista que denuncia y lucha contra el feminicidio, en especial, en Ciudad Juárez. Ella compartió en su momento con AmecoPress el caso de Josefina Reyes, asesinada en enero de 2010 por luchar contra la impunidad de los crímenes de sus hijos. Ahora también nos hace partícipes de la tensión y el miedo que vive “la familia de Josefina, que está siendo hostigada por militares y policías federales”.
La madre de Josefina Reyes y dos hermanas, Claudia y Marisela, se han puesto en huelga de hambre desde el secuestro de sus familiares. “Ellas se han comunicado conmigo por internet y celular”, dice la Guadalupe Lizárraga.
La periodista publicó el pasado domingo en El Digital de Madrid la intimidación que está sufriendo la familia por parte de federales. Y al día siguiente entrevistó a Marisela Reyes, desde Los Ángeles, California, que es donde radica por seguridad desde hace más de un año.
Marisela denunciaba el reciente secuestro de dos hermanos y su cuñada. Su madre, Sara Salazar, de 74 años y su sobrina de 10 años, fueron testigos del plagio, sin que ninguna autoridad ponga mayor atención al caso. En la entrevista, se advierte el sufrimiento de la joven ante la violencia contra sus familiares y la arrogancia e impunidad de las autoridades.
Después de publicar la entrevista, a las 7 y media de la noche, la casa de la madre de los secuestrados fue incendiada a cien metros de un puesto militar en Guadalupe, Valle de Juárez. Marisela Reyes afirmó en entrevista que los hombres que asesinaron a su hermana iban vestidos de soldados, según testigos que observaban los hechos a distancia. Guadalupe Lizárraga quiere denunciar, una vez más, estos hechos y “llamar la atención, en un claro intento de salvar estas vidas”.
La impunidad de estos crímenes “no son prioridad para el gobierno mexicano”, asegura, y denuncia que las personas pertenecientes a los organismos de derechos humanos también corren riesgos; “prácticamente se está llevando a cabo un exterminio de la población”, afirma.
Contexto
La activista explica que para comprender lo que está pasando en la ciudad bautizada “más peligrosa del mundo”, no podemos eludir un “contexto” en el que destacan tres aspectos fundamentales. “La vida en Ciudad Juárez se ha ido extinguiendo a partir de los feminicidios, desde hace 17 años, sobre la hipótesis no cuestionada de que los cuerpos de seguridad, locales y nacionales, participan en complicidad con el exterminio de la población” denuncia Guadalupe.
Ciudad Juárez no sólo ha sido testigo de las “aberraciones más brutales en el asesinato de mujeres y hombres, niñas y jóvenes”, sino que también se ha destacado por tener “un sistema judicial representativo de impunidad, corrupción y cinismo, desmesuradamente al servicio de los criminales”.
Asimismo, la mexicana también asegura que el narcotráfico en Ciudad Juárez se incrementó con la presencia del extinto Amado Carrillo, y con Pablo Acosta, y el colombiano Frank Carvajal Paternina, en el periodo del auge político de Carlos Salinas de Gortari, según informes de la DEA, el FBI, y el único reporte levantado de la Policía Judicial Federal, publicados en diferentes medios impresos mexicanos en el decenio de los 90.
De este modo “explica” la feminista “la oscuridad que vive esta ciudad” donde se cometen nueve homicidios por día, de promedio.
Fotos archivo AmecoPress, realizada por ‘El Marrito’ y cedida por Guadalupe Lizárraga
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Internacional – Derechos humanos – Violencia de género – Feminicidio – Movimiento feminista; 18 febrero (11); AmecoPress