Cerrillos: “Estamos obligadas nuevamente a estar alerta a los proyectos legislativos que entran en los parlamentos”
La presidenta de Themis considera que existe un alto riesgo de retroceso en los derechos de igualdad conseguidos sobre el papel
Madrid, 14 sep (10). AmecoPress. La abogada Ángela Cerrillos, recientemente elegida presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, inspira firmeza y serenidad. Lleva tantos años de activismo feminista como de ejercicio profesional, lo que le ha hecho al mismo tiempo testigo y protagonista de tres décadas de lucha por el reconocimiento de los derechos de las mujeres. Para ella, en este periodo se ha dado un importante paso adelante sobre el papel, pero las mentalidades siguen siendo reacias a asumir los valores igualitarios y ahora corremos el riesgo de dar un gran paso atrás.
Fue una de las fundadoras del Colectivo Jurídico Feminista en el año 1975 y de la Comisión de Investigación de Malos Tratos a Mujeres en 1983. Con sus objetivos claros en la defensa de los derechos de las mujeres, se formó desde el terreno en una década de intensa actividad política, social y legislativa, lo que le ha enseñado a leer entre líneas.
España fue el último país europeo en reconocer el divorcio, allá en 1981. ¿Qué significó la ley de disolución del matrimonio para las mujeres en una época de tantos cambios?
Más que la ley de divorcio en sí, en cuanto a la posibilidad de disolver el matrimonio, lo importante fueron las medidas que se adoptaron y que se modificaron en el Código Civil. Hasta ese momento, hasta el año 1975, las mujeres teníamos una absoluta imposibilidad de administrar los bienes familiares, ni siquiera los nuestros. Se fueron produciendo una serie de medidas legislativas que fueron adecuando en igualdad a las mujeres y a los hombres.
Modificó el Código Civil además en la situación de los hijos. Se introdujo la posibilidad de poder investigar la paternidad, que hasta ese momento no se podía, más una serie de medidas que se hacían más igualitarias en el supuesto de que se produjera una ruptura del matrimonio.
La ley fue avanzada, el problema que hubo fue su aplicación, con la resistencia por parte de algunos jueces a aplicar lo que estaba sobre el papel.
¿Cuáles son los principales avances en el reconocimiento de los derechos de las mujeres en estos 30 años desde entonces?
En este momento, al menos sobre la ley, está reconocida la plena igualdad de derechos entre hombres y mujeres en todos los ámbitos: en el laboral, en lo civil, en lo mercantil… en todo. Pero seguimos con la misma. La adecuación de la ley a la realidad social está conseguida, pero la aplicación de la ley requiere de un esfuerzo. Hay que batallar en los convenios colectivos, por la representación de las mujeres, en el reconocimiento de derechos… la aplicación, en una palabra. Cuando la aplicación sea normalizada será cuando verdaderamente se haya conseguido la igualdad.
¿En esa línea está el reto de Themis?
Fundamentalmente, pero no sólo eso, sino que ahora estamos notando que se repiten los movimientos pendulares que siempre tiene la historia, que tras el avance en la situación de un colectivo, detrás siempre viene un retroceso. Yo creo que en este momento se está produciendo la ley del péndulo, con la implantación de la custodia compartida, y de algunas reformas legislativas que se están llevando a cabo, que están suponiendo un retroceso. Estamos obligadas nuevamente a estar alerta a los proyectos legislativos que entran en los parlamentos para intentar que sean lo más adecuados posibles a la igualdad.
Perdiendo lo que parecía alcanzado
¿Cuál es su opinión sobre la ley de la custodia compartida?
Yo creo que con la nueva ley de la custodia compartida en realidad lo que se está pretendiendo es que el domicilio familiar, que se otorga a la mujer y a los hijos, deje de tener esa protección que tiene hasta ahora. Para mí, hay un trasfondo claramente económico.
Mi experiencia me dice que aquellas parejas que han tenido una relación igualitaria del cuidado de los hijos durante la convivencia son las parejas que no tienen el mínimo problema al producirse la ruptura de pedir una custodia compartida. Si se pacta lo más conveniente de cara a la situación familiar, la custodia compartida no es algo que se pueda aplicar igual a todas las parejas. Es una situación que hay que adecuar a cada caso concreto, y a las necesidades que tiene la familia.
¿Son muchas las parejas que solicitan la custodia compartida tras una ruptura?
Sí. He venido llevando a convenio la custodia compartida desde hace unos 15 años, antes incluso de que en el Código Civil estuviera reflejado explícitamente, lo que ocurrió en 2005. Aun así, no voy a decir que sea mayoritario. Es minoritario, pero también cada vez son más frecuentes aquellas parejas en las que distribuyen funciones en el cuidado de los hijos. La tendencia general, a pesar de todo, sigue siendo que la mujer, que trabaja fuera de casa, al llegar a casa siga asumiendo los cuidados.
Cambiando mentalidades
En las estadísticas de homicidios por violencia de género se refleja que menos de una cuarta parte había interpuesto una denuncia contra su agresor. ¿Cree que esto significa que siguen teniendo miedo a denunciar? ¿O que no confían en la protección del Estado?
Lo que pasa es que el maltrato es una situación muy peculiar que se va gestando de una manera casi imperceptible por parte de la víctima. Las situaciones ya de trágica violencia se producen sin que la víctima haya tenido tiempo de reaccionar aunque lleve padeciendo el maltrato veinte años. Forma parte de todo un entramado de relaciones y de control psicológico del maltratador.
Es difícil aceptar para una mujer que eso le está pasando a ella…
Claro. Las mujeres maltratadas siempre asumen el maltrato con culpabilidad, como recibiendo un castigo que en cierta medida se merecen. Es un entramado psicológico muy difícil de penetrar. También ha habido muchos casos en los que la muerte se ha producido habiendo denuncia. El tema va más allá de lo legal.
El Estado cuenta con 3.000 dispositivos GPS de protección de las víctimas, y menos de 400 están en funcionamiento. ¿Por qué hay tanta resistencia de los juzgados a imponer esta medida?
En primer lugar, por la propia valoración que haga la víctima de su situación. Muchas no lo quieren, o lo tienen y no lo usan. En segundo lugar, porque el juez puede valorar de forma incorrecta que no es necesario.
En cualquier caso, si se pusieran en funcionamiento todos los dispositivos GPS, me gustaría saber si hay un dispositivo policial suficiente como para poder responder a esa demanda. Yo creo que no lo hay.
En 2009 se registraron más de 135.000 denuncias por violencia de género. En el primer trimestre de 2010 sigue la misma tendencia, con más de 32.000. ¿Debemos suponer que reflejan sólo la cuarta parte de los casos?
Nunca sabremos estadísticamente las personas que dejan de denunciar. Se intuye, pero no hay estadística de la no denuncia.
En España llevamos haciendo fuertes campañas contra la violencia desde el año 1983. En cierta medida ha calado en la sociedad el considerar al maltratador como una persona no digna, apoyar a las víctimas, y tener a las Fuerzas del Estado y al aparato del Estado receptivo a las denuncias.
Ocurre también que en los últimos años ha entrado un colectivo inmigrante que está en una situación de mínimos en relación a como estamos las mujeres españolas en su mayor parte. Son realmente mucho más vulnerables a sufrir la violencia de sus parejas, ya sean de su misma nacionalidad o españoles.
Lo que más me preocupa es que las estadísticas recogen a mujeres jóvenes. Encuentro más preocupante de que una mujer de 20 o 21 años se deje maltratar por su pareja, porque se supone que ha recibido una educación distinta a la de su madre y a la de su abuela, y tiene unos medios distintos a los que tenían ellas.
¿Está fracasando entonces la transmisión de valores?
Me parece importantísima la educación. Si no se implanta un sistema de valores, si no se transmite en la familia y en la escuela, y no hay unas sanciones, se deja ir como una gracia de un niño que tenga a la novia controlada por el móvil y este tipo de cosas, se está generando un entorno en el que la violencia se perpetúe.
Ahora bien, ¿hasta que punto los maestros tienen responsabilidad y capacidad legal para reprimir determinadas conductas violentas que observe? Si un docente está recibiendo él mismo la violencia en el centro, a lo mejor no se mete si ve a una niña que está padeciéndola. A lo mejor hay que darle más autoridad. Es un mundo poco explorado.
A la defensiva en lugar de al ataque
Themis lleva muchos años tratando de evitar la adopción del Síndrome de Alineación Parental o SAP en algunos juzgados. ¿En qué líneas está trabajando?
Estamos dando numerosos cursos y conferencias para llegar a los colectivos más diversos con el fin de poner sobre la mesa que el SAP no existe científicamente y que es un instrumento que se está utilizando fundamentalmente por los maltratadores para tener un acceso a la víctima y a sus hijos y seguir controlando. Lo que hacemos es dar a conocer todas las teorías científicas que desacreditan la existencia del supuesto síndrome.
Tanto esto como la custodia compartida son una lucha muy desigual, estamos en el momento en que el péndulo está del otro lado, y realmente tenemos que ir más que a la ofensiva a la defensiva. La tendencia es a pensar que las mujeres son malvadas y que engañan a los hijos para no querer ver a los padres. Ahí entran algunos de los colectivos de los abuelos, no sé por qué, reivindicando el tema de las visitas con los nietos y utilizando el SAP para proteger a los maltratadores.
Las fronteras de la protección de testigos
¿Considera positiva la aplicación del Plan de la Trata? ¿Está garantizada la seguridad de las víctimas?
El primer problema con el que se tropieza es que la trata la están controlando las mafias internacionales. Se mueve más dinero que con cualquier otra actividad, parejo al tráfico de drogas, y no están dispuestos a soltarlo. Es cierto que a ellas se les está dando protección.
Otra cosa es si la protección que se les da como testigo protegido es eficaz o no. Se trata de redes que extorsionan a las familias con los más diversos medios. Tener aquí protegido al testigo si sus familias en el lugar de origen no están protegidas es un riesgo, es el punto débil por dónde al testigo se le coacciona.
Fotos: archivo AmecoPress
---
Pie de foto: Ángela Cerrillos
---
Estado Español - Liderazgo - Voces de Mujeres - Legislación y Género - Feminismo - Violencia de Género - Trata; 14 septiembre (10). AmecoPress