Las mujeres copan el 75% de las plazas en las Facultades de Medicina

Jornadas “La salud también tiene género”

29 de abril de 2010.

Por Redacción AmecoPress

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El decano afirma que en el global de Ciencias de la Salud la cifra de mujeres alcanza el 80% y denuncia la falta de ellas en altos cargos


Oviedo, 29 abr. 10. AmecoPress.- Cerca de un centenar de personas participaron ayer en la Facultad de Medicina en las jornadas ’La salud también tiene género’, organizadas por la Fundación Universidad de Oviedo dentro de los III Encuentros Universitarios por la Igualdad y financiadas por el ministerio de Igualdad.

Una de las pruebas más evidentes de que la salud tiene género es que «entre el 70 y el 75% del alumnado de Medicina está conformado por mujeres», explicó Pedro Riera, decano de la Facultad, que explicó que «ese aumento brutal» de las matrículas fameninas supera el 80% si se considera al conjunto de las Ciencias de la Salud.

Dedes hace unos 15 años, todo empezó a cambiar al establecer los numerus clausus para el acceso a la institución académica y, con ellos, el inicio de la carrera por lograr una plaza en las aulas. «En ese momento se demostró que, aunque hombres y mujeres están igualados en vocación, ellas tienen mejores notas en Bachillerato y en las Pruebas de Acceso a la Universidad», precisó Riera, que apuntó que la tendencia se repite una vez matriculados ellas y ellos: «Por lo general, los expedientes de las alumnas son mejores. Ellas son mejores estudiantes».

Hasta ahí la ventaja, porque la aplastante mayoría de las mujeres como futuras profesionales de la Medicina «todavía no ha llegado a los puestos de responsabilidad en la Universidad». Y, así, por ejemplo, «no hay ni una sola catedrática en asignaturas de los tres últimos cursos, los llamados clínicos».

Las desigualdades se repiten además en el plano asistencial, destacó el decano de Medicina: «Se ve en los centros sanitarios, donde hay muchas profesionales trabajando, pero ocupan todavía muy pocas jefaturas de Servicio».

Y si se atiende a las distintas especialidades: «Mientras que hay más mujeres en Pediatría, Psiquiatría y Medicina de Familia, aún hay muy pocas en Urología, Medicina Intensiva, Traumatología y, en general, en todas las quirúrgicas».

«También hay quien sostiene que la atención médica es distinta dependiendo de si el profesional y el paciente son hombres o mujeres y si profesional y paciente son del mismo género», pero quizá la diferencia más patente tenga que ver con la investigación, «que ha usado tradicionalmente a los hombres como objeto de estudio preferente y los resultados se han extrapolado después a las mujeres».

Sobre ese «modelo androcéntrico» giró la ponencia de Carmen Mosquera, especialista en Salud Pública de la Consejería de Salud, que defendió que «la salud de las mujeres ha pasado de la invisibilidad a la medicalización». Manifestó que de la exclusión de las mujeres en la investigación se derivan «errores diagnósticos, fallos en los tratamientos contra el infarto agudo de miocardio y, finalmente, peores resultados en cuanto a mortalidad».

En el extremo contrario, el de la medicalización, «la intervenciòn excesiva sobre mujeres sanas», Mosquera situó el Tratamiento Hormonal Sustitutivo (THS), «que ni es tratamiento, porque la menopausia no es una enfermedad, ni es sustitutivo, porque no se trata de sustituir a los ovarios, que fabrican menos hormonas de forma natural». Y, a pesar de eso, «durante 30 años se ha utilizado ese tratamiento sin contar con ensayos clínicos para conocer sus riesgos y ventajas».

Todo cambió cuando sendos trabajos de investigación «demostraron en 2002 y 2003 que la Terapia Hormonal Sustitutiva suponía un riesgo aumentado de padecer cáncer de mama, cáncer de endometrio e infarto de miocardio y problemas vasculares».

Foto: Archivo AmecoPress.

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Autonomías – Educación – Formación en género – Debates. 29 abr. 10. AmecoPress.

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