Instituto Vasco de la Mujer: no se puede tratar la prostitución como un problema de orden público

7 de abril de 2010.

Por Redacción AmecoPress

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Madrid, 07 abr. 10, AmecoPress. Emakunde/Instituto Vasco de la Mujer considera que la prostitución es un fenómeno social complejo que necesita también respuestas complejas, por lo que no se puede tratar únicamente como un problema de orden público prohibiendo su ejercicio en los espacios públicos, tal como se está planteando hacer a través de ordenanzas municipales en distintos municipios de la CAV. Así lo ha expresado en un comunicado.

Considerar la prostitución únicamente como un problema de seguridad impide, en opinión de Emakunde, entrar en consideraciones fundamentales como la defensa de los derechos de las mujeres que la ejercen y dificulta reflexionar sobre otros aspectos que influyen decisivamente en su existencia y subsistencia como son las relaciones desiguales de poder que existen entre mujeres y hombres y entre los países del norte y del sur, y la pobreza que se deriva de dichas relaciones desiguales.

Emakunde considera que en lugar de multar a quienes ejercen la prostitución en la calle, lo prioritario y urgente es mejorar la calidad de vida de las mujeres que aquí y ahora ejercen la prostitución y que se encuentran en una situación de exclusión social. Es necesario establecer acciones de regulación en el ámbito de la salud, formación, empleo, servicios sociales y seguridad ciudadana para la mejora de la situación de estas mujeres.

“Hasta la fecha, la intervención de las administraciones públicas en esta materia se ha venido articulando, básicamente, mediante la concesión de ayudas y subvenciones a agentes sociales más o menos especializados en el trabajo con el colectivo de mujeres que ejercen la prostitución”, explica en su comunicado el Instituto.

“En este sentido, se plantea la necesidad de un salto cualitativo al objeto de configurar una actuación pública estructurada, coordinada y eficaz, que, desde una perspectiva de servicio público, garantice unos umbrales mínimos de calidad y estabilidad en la intervención a lo largo del tiempo”.

Por último, Emakunde sostiene que “estas acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de las mujeres que ejercen la prostitución no nos deben hacer olvidar que, aunque existen personas que de modo voluntario deciden dedicarse a esta profesión, en muchos casos lo hacen de forma forzada, lo que supone uno de los ejemplos más dramáticos de la anulación de la dignidad humana”.

Fotos archivo AmecoPress.

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