"En la tripulación del Rainbow Warrior casi la mitad somos mujeres, y sentimos que todos y todas navegamos con el mismo rumbo”
Greenpeace ha denunciado en Barcelona, ante los medios de comunicación, que el Mediterráneo está pidiendo un SOS urgente, y en palabras del director de la campaña, Mario Rodríguez “se han de tomar medidas urgentes ya, para que el mar deje de ser un vertedero de plásticos. Basuras que, en un 80% provienen de las costas turísticas, vertidos industriales y de todo tipo de las ciudades ribereñas. El 20% proviene de embarcaciones, sobre todo de grandes transportes de pasajeros”.
Mujeres navegantes
En el Rainbow Warrior II hay una tripulación de unas 17 personas “que varia cada cuatro meses” explicó a AmecoPress durante la visita al buque, Araceli Segura, una de las coordinadoras del voluntariado en Madrid que participa en esta campaña “y somos unas ocho mujeres y más de la mitad tenemos cargos de responsabilidad, como la 1ª Oficial, la contramaestre, la jefa de cocina, la jefa de marineros... Las normas de funcionamiento son muy claras y todos las seguimos a rajatabla, un barco es un barco y estamos navegando la mayor parte del tiempo, pero las mujeres nos sentimos plenamente integradas en todo, formamos parte de un equipo que si no trabajara en igualdad no llegaría a ningún lado”.
Esta opinión de Marta ha sido corroborada “oficialmente” por una de las “jefas” con la que AmecoPress mantuvo una pequeña entrevista: Madeleine Habib, australiana, 1º Oficial que trabaja en Greenpeace, desde el 95, y que, entre otros, tiene el título de capitán: “Sí, por supuesto, yo podría dirigir el barco –confirma sonriente–, pero tenemos el mejor capitán posible, y ya tengo suficiente responsabilidad con lo mío y con ser su mano derecha, o casi”. Habib ha recorrido con Greenpeace casi todos los mares del mundo y ha trabajado en los diferentes buques de la organización.
Como funciona un buque por dentro
Marta y Araceli, enseñaron a AmecoPress el buque por dentro, dando una verdadera lección de navegación, de logística y de cómo funciona un gran buque con capacidad para 30 personas. Presentaron a algunas de las mujeres de la tripulación y explicaron detalles de las tareas diarias, la cocina y las emergencias: “Por supuesto ni pescamos, ni comemos pescado. Por coherencia con nuestras propuestas. Tenemos 2 menús diarios, uno vegetariano y uno normal. Por supuesto, reciclamos las basuras, y solo “lo orgánico va al mar. En este barco todos tenemos una tarea concreta a cumplir, y tenemos que preverlo todo y estar preparados para cualquier emergencia”.
Ellas también explican que “aunque ahora mismo estamos pisamos un trozo de Holanda, porque esa es la procedencia del barco, lo primero que se plantean en cada lugar es cumplir a rajatabla la legislación de cada país, para que no tengan excusas para expulsarnos”, remarcan. “Dentro de unos días recorreremos la costa francesa y esperamos que esta vez todo vaya bien con el gobierno francés” .
Otras navegantes del Rainbow Warrior son Leandra Gonçalves, brasileña, responsable de la campaña en Brasil; Paloma Colmenargo, integrante de la campaña española; Ilaria Giglioli, marinera italiana; Simona Fausto, asistente de cocina, también italiana y Laura Pérez, responsable de comunicación, que junto a las ya nombradas anteriormente forma parte de la tripulación actual de esta campaña. No es fácil, explican, participar como voluntaria en una campaña: “hay que rellenar un formulario, y enviarlo por Internet, a la oficina central en Ámsterdam; esperar respuesta y, si te incluyen en el voluntariado, entrar en un turno hasta que llega tu oportunidad. También es importante saber idiomas y un poco de navegación”.
La campaña de Greenpeace
Mario Rodríguez, director de la campaña, se presentó acompañado de Sebastián Losada, responsable de “Océanos” y de Ana Rosa Martínez, delegada en Cataluña, explicaba el porqué de la incidencia en la peligrosidad de los residuos plásticos en esta campaña, que realizan en diferentes lugares de la costa mediterránea: “Los plásticos y los materiales sintéticos son las basuras marinas más comunes, y son las responsables de la mayor parte de los problemas que padece el mar, los animales y las aves marinas. Están a punto de desaparecer unas 200 especies por ingerir continuamente estos materiales tóxicos que pueden tardar en destruirse más de 50 años y siempre vuelven y se alojan en los fondos de todas las costas”.
El informe presentado a bordo del Rainbow Warrior II, sobre la “Contaminación por plásticos en los océanos del mundo”, destaca que cada año se cuantifica en unos 6,4 millones de toneladas, la basura que se vierte en los océanos. El último programa para el medio ambiente aprobado por las Naciones Unidas, estimaba que se habían localizado hasta 13.000 fragmentos de plástico por kilómetro cuadrado de océanos.
Según Losada, en el Mediterráneo el problema de la contaminación marina es mucho más grave que en los océanos.”Es un mar de mares muy explotado, cerrado, de difícil renovación, con diferentes ecosistemas, rodeado por tierras, sobre todo en su parte norte, muy industrializado y de turismo masivo. Desgraciadamente todavía es considerado un vertedero que se lo traga todo, y no se pone en marcha ninguna política de reciclaje de residuos”.
Una campaña que necesita el apoyo de la gente
Este año el buque ha estado en Almería, Sagunto e Ibiza y todavía visitará Palamós (Costa Brava), en donde tiene previsto apoyar las reivindicaciones de los pescadores, y realizarán diversas actividades de colaboración con la Cofradía de pescadores y con la población. “Queremos conseguir –explica Rodríguez–, que se denomine espacio natural protegido a un circulo de unas cuantas millas que rodea a las Islas Formigues que están frente a Palamós. Así, al igual que ocurre con las Islas Medas, se podrá practicar la pesca y otras actividades subacuaticas, pero solo de forma controlada, para que se puedan desarrollar las especies y el hábitat”.
Para Greenpeace, la colaboración con la población es fundamental, “no sólo como ayuda a nuestra financiación”, sino apoyar las campañas y presionar colectivamente para conseguir poner la ecología entre las prioridades de la política. La campaña “Salvemos el Mediterráneo” tiene muchos aspectos, como por ejemplo proteger la pesca tradicional y la industria pesquera responsable, siempre que se desarrolle de acuerdo con la ley. Lo más importante es que continué la explotación salvaje del mar de los grandes monopolios. A veces nuestra función mas que denunciar consiste en luchas porque en cada lugar se cumplan las leyes, cosa que aún no se hace”, explicaba Losada.
Este barco de Greenpeace es uno de los tres buques de los que dispone la organización en el mundo “es un buque insignia –explicaba Marta García, coordinadora del voluntariado en Madrid, y experta navegante–, ”desde hace unos años sustituye al Rainbow Warrior I que fue hundido en Francia en el 85 durante una de nuestras acciones de protesta. Paradójicamente esta barco que fue adquirido por la organización en el 89, había sido restaurado hacia unos años y antes fue utilizado como barco de pesca de arrastre, uno de los tipos de pesca que nosotros denunciamos desde hace tiempo, por su salvajismo e indiscriminación, para conseguir un tipo de pescado se eliminan cantidad de especies”.
La suciedad de las playas
“Mucha gente todavía piensa, continua explicando Ana Rosa Martínez, la delegada de Cataluña, que no tiene importancia dejar las playas sucias y arrojar cualquier cosa al mar, y creemos que en esta acción de defensa del mar que nos rodea, todos nos debemos sentir implicados. Mientras en tierra por fin nos hemos concienciado de la necesidad de una recogida selectiva de basuras, y los gobiernos locales invierten en ello, de lo que ocurre en el mar nadie se responsabiliza”. Una reivindicación de esta campaña es que el gobierno central inicie una investigación en serio (no solo sectorial) de la situación del litoral mediterráneo. Ya se ha comentado mucho sobre el impacto ambiental y marítimo de la proliferación de edificaciones costeras, pero se ha dicho muy poco sobre mal uso de las playas y del mar, quizás se “se tiene cierto miedo de asustar al turismo y parece más rentable consentirlo todo, por ejemplo, si miramos el ejemplo de Ibiza, nuestro pequeño paraíso más cercano, comentaba Rodríguez, al barco que se ha hundido y amenaza el parque litoral protegido de Ses Salines, no solo habría que cobrarle los gastos de limpieza del mar, sino ponerle una multa considerable”.
--------------------------
Fotos: AmecoPress
Pie de foto 1-. De izda a derecha: Leandra Gonçalves, Paloma Colmenargo, Ilaria Giglioli Simona Fausto y Laura Pérez, parte de la tripulacióna ctual del Raibow Warrior II (Greenpeace)
Pie de foto 2-. Los Responsables de Greenpeace, de Cataluña, de la campaña del Meditaterráneo y de otros océanos, Ana Rosa Martínez, Mario Rodríguez y Sebastián Losada en un momento de la rueda de prensa
-------------------------
Autonomías – Globalización; 12 julio, 07 (AmecoPress)
Documentos
2.- Madeleine Habib, australiana, 1ª oficial del Buque | 07julio16grenpchicas02.jpg
JPEG | 61.3 KB
Raibow Warrior II | 07julio16grenpeace01b.jpg
JPEG | 34.9 KB