Vox canaliza la reacción patriarcal al avance de las mujeres

4 de diciembre de 2018.

Por Redacción AmecoPress

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El partido irrumpe en Andalucía y amenaza los derechos conseguidos por el feminismo a lo largo de décadas


Madrid, 04 dic. 18. AmecoPress.- La derecha puede gobernar Andalucía por primera vez en 36 años de hegemonía socialista. Pero hay algo más: Vox ha conseguido 12 escaños. Vox es un partido de ultraderecha, construido sobre pilares como son el racismo, el nacionalismo, la condena de la diversidad sexual y un profundo machismo. Sus representantes responden a ese perfil. Basta un ejemplo: Francisco Serrano, cabeza de lista de Vox por Andalucía, es conocido en Sevilla –y más acá- por sus decisiones judiciales sobre violencia de género y custodia de menores, movido por la lucha contra lo que él denomina “hembrismo y feminismo radical”. Lamentamos profundamente los resultados electores en Andalucía. La irrupción de Vox pone en riesgo todos los derechos que ha logrado el feminismo en los últimos 40 años.

A pesar de ser una tendencia mundial, la irrupción de la ultraderecha en tierras próximas dispara las alertas. Las feministas de Brasil, de EE.UU., de Italia, de Hungría, de cada uno de los países en los que el fascismo ha ido creciendo y ocupando las instituciones han advertido de su peligro y han llamado a la movilización y unión para hacerle frente.

En su programa, Vox incluye medidas como “suprimir” las comunidades autónomas, derogar la ley de violencia de género y de memoria histórica, así como los matrimonios entre personas del mismo sexo, ilegalizar los partidos “separatistas” o “endurecer” la política contra la inmigración, aumentando las deportaciones y “la seguridad” en la frontera. El partido ultraderechista propone “suprimir en la sanidad pública las intervenciones quirúrgicas ajenas a la salud (cambio de género, aborto…)”.

Vox plantea la “defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Pretenden derogar la actual ley del aborto. Defienden que las mujeres con embarazo inesperado tengan información veraz, asistencia y alternativas (para no abortar) y en consonancia, quieren también reformar la ley de adopción nacional.

Sostienen, con el juez Serrano a la cabeza, que hay que hacer frente a la “ideología de género”. Para empezar, proponen “instaurar el PIN Parental y Autorización Expresa con objeto que se necesite consentimiento expreso de los padres para cualquier actividad con contenidos de valores éticos, sociales, cívicos morales o sexuales”.

Son firmes defensores de la custodia compartida impuesta y del “derecho de los menores a relacionarse con ambos progenitores y con sus abuelos”.

Proponen la “derogación de la ley de violencia de género y de toda norma que discrimine a un sexo de otro”. En su lugar, proponen “una ley de violencia intrafamiliar que proteja por igual a ancianos, hombres, mujeres y niños. Supresión de organismos feministas radicales subvencionados, persecución efectiva de denuncias falsas. Protección del menor en los procesos de divorcio”. Según este partido la violencia de género no existe en España.

Tampoco existe la discriminación de las mujeres, al menos en España. Por eso, si llegan al poder, suprimirán las medidas de acción positiva creadas para tratar de subsanar las desigualdades entre hombres y mujeres. Vox propone la “supresión de las cuotas (por sexo o por cualquier otra causa) en las listas electorales”.

Junto a Vox, el PP más radicalizado desde la llegada de Casado, comparte su discurso racista y xenófobo contra la inmigración, la derogación de la ley de Memoria Histórica y de las autonomías y, claro está su visión sobre el feminismo.

No disiente demasiado Ciudadanos. Firme defensor de “España”, repudia la diversidad de los pueblos y su derecho a la autonomía. En más de una ocasión, Albert Rivera ha elevado la bandera de un “feminismo de verdad’: el que pretende legalizar una práctica como la gestación subrogada.

Esta extrema derecha, que ya da la cara y avanza de un modo globalizado, ha sabido captar la potencia transformadora del feminismo y también, ha sido hábil para canalizar la reacción patriarcal al avance de las mujeres para sus propios intereses.

Como explica la jurista Laia Serra, la estrategia comunicativa y política que llevan a cabo es muy clara. Primero banalizan las cuestiones que el feminismo ha llevado a la agenda pública y que han dado lugar a leyes y determinadas políticas estatales.

Después “resignifican” esas leyes y políticas considerándolas privilegios. Para, finalmente, reclamar su supresión y legitimar la violencia contra las mujeres.

Fotos AmecoPress.

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Política – Política y género – Derechos humanos – Feminismo – Movimiento feminista – Misoginia – Transfobia – Homofobia; 04 dic. 18. AmecoPress.

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