Mujeres migrantes denuncian la violencia que viven en España
Madrid, 15 mar. 18. AmecoPress.- Un diagnóstico elaborado por tres expertas migrantes para la ONG Alianza por la Solidaridad documenta, con ellas como protagonistas, las principales problemáticas que enfrentan en Madrid. El informe va más allá de las “típicas situaciones” que suelen calificarse como violencia contra las mujeres migrantes, se adentra en ejemplos “normalizados” y cotidianos, trata de desmontar la imagen “victimista" sobre ellas y muestra sus estrategias para hacer frente a las "múltiples violencias" en ámbitos desde el laboral al institucional, a las que están expuestas por ser mujeres, racializadas y migrantes.
El diagnóstico se basa en la experiencia de 61 mujeres migrantes que viven en Madrid. La mayoría de ellas está en situación administrativa regular, aunque muchas de ellas han pasado por una situación irregular anteriormente. La gran parte también trabaja en el servicio doméstico y de cuidados, limpieza, entre otros, que en muchos casos no se corresponde con su nivel formativo.
La exposición detalla dificultades que enfrentan estas mujeres en el ámbito laboral, en el acceso a la vivienda, restricciones en el acceso a la asistencia sanitaria pública y a los servicios de salud sexual y reproductiva, discriminaciones en el ejercicio de la ciudadanía y en la participación social, exclusiones en derecho a la justicia y a la información y factores de protección, factores de riesgo en cuanto a la violencia machista y desde el punto de vista psicológico.
Cambios en las características del proceso migratorio: las mujeres como protagonistas
Tal y como señalan Castles y Miller la nueva era de las migraciones se caracteriza por su feminización. Se produce un cambio del patrón de movilidad donde se deja de considerar la migración femenina de tipo asociativo (o con fines de reagrupación familiar) para analizarla de manera autónoma. Ello es debido a las transformaciones operadas en los últimos treinta años, donde los planes de ajuste estructural de organismos como el FMI y el Banco Mundial y las políticas neoliberales empeoraron las condiciones de vida de los países en vías de desarrollo y posicionaron a las mujeres como pioneras de sus proyectos migratorios.
Hay que reconocer la complejidad que abarca el concepto de violencia en la experiencia migratoria. En este sentido, por una parte muchas mujeres han vivido experiencias de violencia en sus países de origen, debido a causas históricas estructurales que generan desigualdades sociales, políticas, culturales, económicas y educativas en distintos ámbitos de sus vidas. Por otra parte, el viaje migratorio no está exento de situaciones de violencia a las que se exponen las mujeres, por ejemplo, aquellas procedentes de regiones como África, en cuya travesía hasta llegar a España u otros países de Europa son víctimas -en muchos casos- de violencia sexual, física, psicológica e incluso trata y explotación sexual.
Violencia institucional, económica, legal, machista y racial
Una vez en territorio español, las mujeres migrantes están expuestas a múltiples violencias que impactan las distintas dimensiones de sus vidas y se ejercen en el "ámbito jurídico-administrativo, laboral, social, cultural, económico y político" y se manifiestan mediante "prácticas racistas sutiles, simbólicas y cotidianas" en la oficina de extranjería, los servicios públicos (sanidad, servicios sociales, escuelas), en el trabajo, en las redes sociales. También en la calle (metro, o cualquier lugar público) las redadas policiales por perfil étnico en que se les exige mostrar su permiso de trabajo, residencia o DN I; o por las representaciones, imaginarios, estereotipos construidos que las homogenizan, exotizan o clasifican según procedencias; la explotación laboral, el trabajo en la economía sumergida en sectores racializados, el acoso o abuso sexual que sufren las trabajadoras del hogar; el retiro de la custodia de los hijos e hijas determinando que no están capacitadas para criarlas y educarlas. La amenaza de ser detenidas y encarceladas en un CIE por no tener papeles y el riesgo de sufrir abusos sexuales. La puesta en duda de sus capacidades, conocimientos y saberes. En el caso de violencia en el ámbito de la pareja, en ocasiones se pone bajo sospecha su testimonio y denuncia cuando la pareja agresora es un hombre español.
Acoso, abuso sexual, precariedad y explotación. Prácticas racistas sutiles y cotidianas. Todo ello es analizado a partir de los testimonios de las experiencias de las mujeres migrantes, técnicos y técnicas, actores claves y periodistas que han participado en esta investigación. De esta evaluación, surgen una serie de retos, propuestas y requerimientos presentados desde la reivindicación que hacen las mujeres migrantes como sujetos políticos.
Activas y diversas
En ese sentido, a pesar de que estas mujeres reconocen su vulnerabilidad, también destacan su papel activo como protagonistas de una lucha cotidiana y anónima contra estas dificultades. El informe muestra sus estrategias, entre las que es fundamental la construcción de redes y asociaciones. Las mujeres migrantes son activas y diversas.
Las propuestas y recomendaciones se han organizado en tres niveles: instituciones nacionales, locales, asociativos o del tercer sector, población en general y medios de comunicación.
En cuanto a la administración estatal las principales reclamaciones están relacionadas con la implementación de políticas migratorias desde una perspectiva de derechos, incluyendo la normativa de extranjería, y desarrollo humano. Piden la derogación el RDL 16/2012. Salud pública con una perspectiva de derechos y cobertura universal y garantizar políticas públicas en materia de igualdad de género y de protección a las víctimas de violencia machista que incorporen a las mujeres migrantes como sujetas destinatarias. Evidentemente, exigen la ratificación e implementación del Convenio 189 de la OIT. También incluyen propuestas concretas para facilitar la incorporación de las mujeres migrantes en el enfoque de las políticas autonómicas y locales, diluyendo obstáculos que ahora mismo encuentran para acceder a recursos y mecanismos existentes y facilitando su participación; también proponen desarrollar planes, estrategias de intervención y sensibilización contra el racismo y la Xenofobia.
A las Asociaciones del Tercer Sector, el análisis aboga, entre otras cosas, por trabajar en la formación en derechos humanos de las personas migrantes, con especial énfasis en los recursos legales e institucionales existentes, apoyar las iniciativas, acciones y proyectos de las entidades de mujeres migrantes y promover la contratación pública con la finalidad de lograr una mayor visibilidad de sus propuestas.
El diagnóstico propone, en relación a la población en general, un trabajo de incidencia contra el racismo, orientado también a desmontar estereotipos. En ese sentido, la labor de los medios de comunicación es fundamental. Para ello, instan a proponer una agenda programática que sirva de altavoz a los distintos colectivos y asociaciones de migrantes -en especial de mujeres-, donde puedan exponer y debatir en torno a sus demandas y propuestas. También es fundamental la formación de los y las periodistas en temas de racismo, migración, violencias, interseccionalidad con el fin de ampliar la perspectiva a la hora de desarrollar sus análisis y reportajes.
Foto: archivo AmecoPress, tomadas del resumen del diagnóstico facilitado por Alianza por la Solidaridad
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Sociedad – Mujeres inmigrantes – Xenofobia – legislación y género – Estudios de género. 15 mar. 18. AmecoPress.