La AECI colabora en Afganistán con proyectos dirigidos a mejorar la salud y calidad de vida de las mujeres
Escuela de matronas
La escuela de matronas es el orgullo de Pablo Yuste, coordinador en Afganistán de
Para solucionar los problemas y dificultades con la comunidad afgana se les ocurrió que lo mejor era formar a mujeres que dieran servicios médicos a las propias mujeres afganas, y así, declara Yuste “se tienen muchas más ventajas porque al ser personas que están dentro de la tribu no tienen problemas de ataques por parte de la población que es muy reticente a la entrada de extranjeros y en invierno, aunque estén bloqueadas, podrán tener asistencia médica”.
El proyecto, que formará a mujeres afganas en sanidad, salud sexual y reproductiva, ha tenido éxito y ya se han apuntado medio centenar de mujeres procedentes de aldeas y comunidades de todos los distritos. Las plazas de formación son de 16 alumnas para este curso e implica que tras un aprendizaje de 18 meses, regresarán a trabajar a sus zonas de origen para asistir a partos y transmitir conductas sanitarias a las mujeres que viven con ellas.
El rehabilitado hospital provincial de Qala-i-Nao
Las mujeres van al hospital a tratarse los problemas relacionados con la tuberculosis, hay un alto índice de la enfermedad en esta provincia, dado que según declara Yuste “la tuberculosis afecta a las mujeres porque es la más desnutrida, la que recibe menos comida de la familia. Es la más vulnerable a desarrollar la tuberculosis que está en la mayor parte de la población está latente”. Atienden también problemas ginecológicos y complicaciones derivadas del parto.
El coordinador de
Autoinmolación de las mujeres afganas
Yuste explica que han habilitado una habitación sólo para los casos de mujeres quemadas. El experto en logística manifiesta que “un problema grave de la provincia son las autoinmolaciones de mujeres que se queman porque no resisten el tipo de vida que llevan, entregadas y vendidas en matrimonio a hombres mayores; o mujeres que tienen una situación de violencia doméstica brutal y deciden quemarse. Estamos intentando trabajar en cuidados paliativos porque el grado de las quemaduras no permite salvarlas”.
Dificultades con la comunidad de hombres
Llevan dos años con proyectos en la zona y al principio tuvieron muchas dificultades que Yuste achaca a que “es una sociedad que ha tenido poco contacto con el exterior, muy cerrada, que rechaza todo lo extranjero y lo desconocido. Ahora somos un elemento más de la comunidad, impensable en los comienzos. La gente nos conoce y nos agradece el trabajo; y el agradecimiento es importante porque son muy desconfiados”.
Yuste también señala que están gestionando un programa de radio para las mujeres, todavía incipiente: “estamos en la fase previa de instalación de antenas y formación del equipo de mujeres periodistas. La idea es hacer un programa específico para ellas. Nos encontramos que era muy difícil darles cualquier mensaje porque todo es visto con reticencia y vimos que la radio es el mejor medios para entrar en sus casas”. Asimismo, han realizado
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Fotos: cedidas por AECI/OTC - Agencia Española de Cooperación Internacional
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Disponible audio en bruto para emisoras de radio y medios interesados a través de FTP, previa petición a AmecoPress
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Internacional – Género y desarrollo – 29 junio, 07 (AmecoPress)