La medicina, un sector feminizado donde los hombres ostentan los cargos de responsabilidad
Bajo el epígrafe “Las mujeres y la actividades sanitarias en la historia europea”, la catedrática de Historia de la Ciencia de la Universidad de Granada, Teresa Ortiz, intervino ayer en el ciclo de Conferencias “Mujer y Salud: una perspectiva integral”. Recorrió la historia de las mujeres en la medicina, sector que se ha feminizado pero donde se topan con el techo de cristal para acceder a puestos de responsabilidad.
Teresa Ortiz hizo un repaso histórico del papel de la mujer en las actividades sanitarias hasta nuestros días. A su juicio, actualmente en España se presenta una situación peculiar, pues es un sector que se ha feminizado pero “las mujeres encuentran más dificultades para acceder a áreas de responsabilidad, como la cirugía, por ejemplo, y eso conlleva también diferencias salariales”.
Las primeras escuelas de medicina de mujeres surgieron en Estados Unidos, al igual que las asociaciones médicas femeninas. Las anglosajonas y las norteamericanas fueron pioneras. En España, hasta el siglo diecinueve no accedieron a la universidad y la primera estudiante de medicina fue Eudoxia Píriz Diego, que cursó en la Universidad de Granada.
Desde la antigüedad, la mujer ha tenido un papel importante en los cuidados de las salud de los enfermos, utilizando recursos como las plantas medicinales. Mujeres de diferentes culturas han sabido recoger hierbas curativas y observar a los animales, porque eran grandes conocedoras de conocimientos ancestrales. Como afirma Víctor Robinson (1946) “ la mujer es una sanitaria instintiva, formada por la madre naturaleza y tan antigua como la raza humana”.
Teresa Ortiz señaló que una de las responsabilidades que han asumido las mujeres en el ámbito de la salud ha sido la de la atención al parto, la asistencia y el cuidado de la infancia en los primeros años de vida, experiencia que impulsó la incorporación de las mujeres a las actividades sanitarias, aunque a lo largo de la historia tuvieron que afrontar grandes problemas para acceder a las universidades.
Las primeras matronas, como Louse Bourgeois, plasmaron sus experiencias en manuales, porque la práctica de la partería no formaba parte de la medicina, era una práctica social que se realizaba en el ámbito doméstico, donde las mujeres tenían total hegemonía. Los conocimientos se transmitían de madres a hijas o entre vecinas hasta que, a partir del siglo XVI comenzaron a recurrir a los libros de anatomía, cirugía y a asistir a clases.
Teresa Ortiz también hizo referencia a las enfermeras, profesión que “se convierte en una actividad femenina” en el siglo diecinueve y que mantiene esta condición en la actualidad.
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Fotos: AmecoPress
Cultura – Empleo y género – 29 febrero, 08 (AmecoPress)