Un estudio revela una prensa española androcéntrica que presenta a las mujeres como víctimas
El estudio “¿De quién hablan las noticias? – Guía para humanizar la información” de Amparo Moreno Sardá, Florencia Rovetto y Alfonso Buitrago, desvela la persistencia en la prensa de una mirada androcéntrica que privilegia a los hombres adultos con poder y muestra una deshumanización de la información que desplaza la atención hacia las instituciones públicas, debido a la influencia de los gabinetes de comunicación.
Este diagnóstico es el resultado del análisis de las portadas de prensa diaria de información general y de alcance nacional que trata de cuantificar la distribución de la superficie de un ejemplar entre las diferentes unidades (noticias, opiniones, anuncios…) respondiendo a cinco preguntas básicas: ¿quién enfoca, a qué mujeres y hombres, en qué actuaciones y en qué escenarios, utilizando qué fuentes?. En definitiva, ¿de quién hablan las noticias? Y ¿cómo hablan?, considerando que el número de unidades y la superficie que se destina a los diferentes protagonistas pone de manifiesto la calidad humana de la información en relación con la sociedad a la que hace referencia.
Amparo Moreno Sardá, catedrática del departamento de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona, vicedecana del Colegio de Periodistas de Cataluña y Fundadora del “Feminario mujer y cultura de masas”, señala a AmecoPress que la prensa seria tiene una mirada anquilosada y es insensible a las transformaciones políticas y sociales ocurridos en los últimos años como la incorporación de las mujeres al mundo laboral y de la política: “La mirada informativa se ha anquilosado en un enfoque androcéntrico, reducido a varones adultos que ocupan los escenarios del poder. La Guía servirá a periodistas para humanizar la información; ofrece un test que permite hacer un ejercicio de autocrítica de los hábitos de pensamiento y las rutinas profesionales asumidas. Se trata de un primer paso para poder construir una información más humana, que haga visible a la ciudadanía plural como sujeto activo”.
La catedrática especifica que “la construcción de la mirada androcéntrica lo que hace es atribuir a unos pocos varones el papel protagonista de qué hacen y qué deciden, quedando la mayoría relegados a víctimas o bufones de corte que vendría representado por esos programas rosa que obedecen al esquema androcéntrico. No sólo existe una mirada androcéntrica, sino que cada vez es más reduccionista, más enfocada a las instituciones, los datos… más deshumanizada y que expulsa a los hombres y las mujeres como sujetos activos”.
El estudió reveló que las mujeres reciben muy poca atención, tanto por el número de unidades como por la superficie redaccional, siendo el diario ABC el periódico que más equidad contempla entre hombres y mujeres; y el diario “El país”, el que menos. Las mujeres son enfocadas principalmente cuando son víctimas, mostradas como agentes pasivas y receptoras de acciones muchas veces negativas como sujetos de la “violencia machista”, cuando deberían ser los “criminales que las maltratan y asesinan” los sujetos de la información".
Por el contrario, a los varones, que se les identifica con nombres y apellidos, merecen muchas más atención en informaciones que ocupan siempre más del 25% de la superficie redaccional de todas las cabeceras, “como si la política continuara siendo un reducto exclusivamente viril”, declara Moreno Sardá.
El estudio destaca el protagonismo de sujetos “no humanos” presentes en más del 50% de la superficie redaccional: instituciones, compañías, partidos políticos y otras entidades en detrimento de sujetos individuales o colectivos. Una mirada que se desplaza hacia el peso de las entidades públicas y privadas y que va en detrimento de una ciudadanía plural, de mujeres y hombres que ocupan cada vez menos espacio, y que reciben un tratamiento negativizado construido como víctimas. El objetivo es, explica la catedrática, “modificar la mirada restringida y ampliarla, diversificarla y hacerla con otra sensibilidad humana”.
El libro permite desentrañar cuáles son las rutinas habituales en la producción de la información, explorar otros enfoques y ensayar otras formas de hacer información. Es una herramienta práctica para evaluar la amplitud, la diversidad y la sensibilidad humana de la mirada informativa, una autocrítica de los hábitos de pensamiento asumidos que nos viene del androcentrismo. El test, señala Moreno Sardá, “permite hacer una autovaloración de la propia mirada del o la periodista para que tome conciencia de lo que suele abarcar debido a sus rutinas aprendidas y qué tendría que hacer para que su mirada no fuera tan restrictiva”.
La catedrática propone un cambio en la información más humano, de manera que los hombres y las mujeres puedan intervenir en los espacios públicos: “Hay que hacer un cambio de mentalidad profundo. Sí hay conciencia de que la información que crea opinión pública está en crisis. Los diarios se concentran en las confrontaciones entre los partidos y los líderes, alimentan esa confrontación en una especie de “tomate” de la vida política, tienen conciencia de que eso no funciona y tienen que cambiar. Internet ha favorecido que se haga visible toda esa diversidad y todo esto se debe a unos cambios sociales que es urgente que la prensa aborde. Los medios polarizan confrontaciones y alimentan conflictos no hacen una prensa humanizada”.
Medios de comunicación – Libros – 11 febrero, 08 (AmecoPress)