Guatemala: Puestos de poder, un espacio reservado a los hombres

4 de marzo de 2014.

Por Alba Trejo

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En 26 años únicamente 193 mujeres ejercieron un puesto de autoridad máxima en el organismo ejecutivo, privilegio del que gozaron al menos 1.052 hombres


Guatemala, 04 mar. 14. AmecoPress/SEMlac.- Los puestos continúan dispares: en 26 años solo 95 guatemaltecas lograron ocupar un escaño en el Congreso de la República, en contraposición a 788 hombres que formaron parte del órgano parlamentario en el mismo período.

Peor aún resulta que en ese mismo período de tiempo únicamente 193 mujeres ejercieron un puesto de autoridad máxima en el organismo ejecutivo, privilegio del que gozaron al menos 1.052 hombres en el mismo lapso.

Para confirmar todavía más la desigualdad de género en los puestos políticos, en las últimas dos décadas y seis años que han pasado, solo 35 guatemaltecas dirigieron una corporación municipal.

"Si esos datos no son desigualdad, entonces no sé qué es la desigualdad", dice algo decepcionada Catalina Soberanis, exdiputada y expresidenta del Congreso de la República. En las diputaciones, a donde más oportunidades tienen de llegar, les es vedado el derecho de participar, por lo tanto, tienen casi nulas las posibilidades en otros puestos como los ministerios, las alcaldías, las gobernaciones, indicó Soberanis.

Si de disparidad se trata, Carmen Cáceres, de Convergencia Cívico Política de Mujeres, se refiere a las 158 diputaciones actuales, de las cuales solo 20 son ocupadas por mujeres, en tanto apenas seis alcaldesas ocupan el edificio edil de los 333 existentes.

En opinión de Ligia Ixmucane Blanco, del movimiento "Más Mujeres, Mejor Política", la inequidad en la representación política aleja a Guatemala del espíritu y del ideal democráticos.

"No podemos hablar de democracia si la mitad de la población no está representada y no tiene la posibilidad de incidir en el rumbo del país y en las decisiones de trascendencia nacional", puntualiza en una columna de opinión y añade: "Es un hecho que la democracia no está completa sin las mujeres".

La guatemaltecas conforman el 52 por ciento de los 14 millones de habitantes de del país, pero se trata también de una nación en donde ellas son las que menos cuentan, destaca Cáceres.

Cuando las mujeres logran establecerse en un puesto de alto nivel, resulta que es en los Ministerios de Cultura y Deportes y Educación, los cuales parecieran ser reservados para ellas, agrega Margarita Urrutia, activista de Partidos Políticos.

Sin embargo, pareciera estar prohibido que una guatemalteca dirija el ministerio de la Defensa, debido al estereotipo de género que existe, menciona a esta agencia Dora Amalia Taracena, de la organización Convermujeres.

Taracena está segura de que existe un pensamiento patriarcal cuando se ofrece a las mujeres puestos de secretarias. En esa línea, tal pareciera que las reservadas son la Secretaría Presidencial de la Mujer y la Secretaría de Obras Sociales de la esposa del Presidente.

En este país centroamericano también se delimita la participación política de las mujeres en el área maya. El estudio Ciudadanía intercultural, aportes desde la participación política de los pueblos indígenas de Latinoamérica, realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), destaca la difícil inserción política de las indígenas.

Ellas enfrentan una "triple discriminación", por ser mujeres, indígenas y pobres. Más allá de las dificultades que suelen enfrentar las mujeres en la ascensión política, especialmente en países en desarrollo, los usos y costumbres de las prácticas jurídicas tradicionales o ancestrales tampoco favorecen su participación política.

Guatemala solo cuenta con tres mujeres, entre 19 indígenas, de un total de 158 curules en el período de 2012 a 2016.

Ligia Ixmucane opina que los datos y las estadísticas evidencian la poca inclusión de las mujeres en las instituciones partidarias en todos los niveles. "Es una constante que, a medida que se asciende en la jerarquía del partido, disminuye la presencia de mujeres, es decir, donde hay más poder hay menos mujeres", concluye en su análisis mediático.

Soberanis coincide con Ixmucane en que la participación política femenina se ha estancado: aunque la mujer participe en las bases, no logra ocupar puestos de poder porque, cada vez que comienza un nuevo gobierno, es notoria la ausencia de las mujeres en el gabinete, en el Congreso o en las alcaldías.

La única esperanza de lograr presencia femenina en la política sin tener que pagar por un puesto en el Legislativo o invertir de su bolsa en una campaña, estaba centrada en la Reforma al artículo 212 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos por la paridad entre hombres y mujeres y la representación de los pueblos indígenas, una normativa que pretendía la alternabilidad en los listados a elecciones en las agrupaciones políticas.

Mujer, hombre, mujer indígena, hombre indígena fue la sugerencia y que cada partido político se comprometiera a igualar sus puestos de elección, 50 por ciento de mujeres candidatas a alcaldías, 50 por ciento en los ministerios y secretarías de ser electos, entre los puntos más importantes.

La ley de paridad no logró convencer a la actual legislatura, que rechazó las modificaciones que buscaban la alternabilidad en los listados a elecciones en los partidos políticos. Los diputados que conocieron la propuesta de Reforma a la ley electoral y de Partidos Políticos sugirieron los cambios de 70 por ciento contra 30 por ciento de participación de las mujeres.

Soberanis concluyó que será determinante recurrir a las cuotas para lograr que más mujeres sean asignadas a cargos de poder y el avance hacia la equidad en el país.

Foto: Archivo AmecoPress. Catalina Soberanis, exdiputada y expresidenta del Congreso de la República.

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Internacional – Política – Política y género – Pobreza y género – Empoderamiento. 04 mar. 14. AmecoPress.

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